El caso Menéndez.

 

La noche del 20 de agosto de 1989 el matrimonio Menéndez se santó a ver una película en su salón de Beverly Hills. Estaban viendo LA ESPÍA QUE ME AMÓ mientras picaban de un bol de arándanos con nata cuando fueron brutalmente asesinados. José recibió cuatro disparon, dos de ellos a bocajarro, en la nuca. Kitty, su esposa, encajó nueve balas en el rostro y en la cabeza. Los que dieron la voz de alarma fueron sus hijos, Ayle, de 21 años, y Erik, de 18, tras regresar de un cine en el que habían visto una de las películas de Batman de Tim Burton.

Pronto los asesinatos se convirtieron en noticia. José Menéndez era un exitoso ejecutivo de una empresa de distribución de vídeos de origen cubano. En el primer artículo que los periodistas de Los ángeles Times especializados en crónica negra escribieron se hablaba de una conexión de José Menéndez con el crimen organizado.

Robert Round era un reportero del Miami Herald. Sus jefes le habían enviado a California para que diera otro enfoque a esta noticia. José Menéndez había querido convertirse, antes de su asesinato, en el primer senador de origen cubano en los Estados Unidos.

Se reunió con Lyle y Erik, los dos hijos, en la mansión de sus padres, en North Elm Drive, donde ellos seguían viviendo. Los dos jóvenes acababan de jugar unpartido de tenis, deporte al que se dedicaban profesionalmente. Una amiga de ambos hizo de introductora para romper el hielo y le mostró a Rand la casa, en especial la sala donde habína tenido lugar los asesinatos.

"Habían quitado el mobiliario y la alfombra, así que sola había estanterías con los trofeos de tenos de los chicos. La primera vez que entré sentí un escalofrío. La segunda vez pensé que si mis propios padres hubiesen sido asesinados en una mansión yo no viviría en ella después", declaró más tardfe Rand.

Los chicos aparecieron después con sus raquetas de tenis. Hablaron sin grabadoras de por medio, solo para romper el hielo. Hablaron bien sobre el padre y le pidieron ayuda para escribir un libros sobre él.

Cuando hubo grabaciones de las entrevistas los dos muchachos hablaron distendidamente durante más de tres horas sobre sus padres. Dijeron que si se hubiesen encontrado en casa, probablemente su padre seguiría vivo. El artículo salió publicado en la Nochebuena de 1989.

Luego hubo otra versión, según la cual dos hijos pijos y malcriados habían matado a sus padres en cuanto les comunicaron que pensaban desheredarlos.. Por la noche mataron a sus padres, y luego se fueron al cine con la finalidad de tener una coartada. Tras el asesinato, se dedicaron a despilfarrar el patrimonio familias.

La responsabilidad de Lylke y Erik no llegó a estar confirmada fuera de toda duda hasta que el propio Erik se lo confesó a su terapeuta. Esta lo filtró al fiscal.

El relato solo cambió de tono en 1993, cuando se inició el primer juicio. Fue enconces cuando cada hermano contó por separado historias de abusos sexuales. Lyle contó que su padre comenzó a acariciarle cuando tenía 6 años y cómo para los 8 años aquellos tocamientos evolucionaron hacia la violación.

Por lo visto la relación de Kitty con Lyle no era mejor ya que teníoan frecuentes discusiones en la que la madre lo golpeaba. En una de estas discusiones, presenciada por Erik, la madre le arrancó de una manotada el peluquín a Lyle, lo que lo conmocionó.

Los dos muchachos se confesaron sus propias historias de abusos. Erik se encaró con su padre, siempre según su testimonio, y le dijo que dejase enpaz a Lyle, que si no se lo contaría a todo el mundo. Según esta versión, el padre le miró a los ojos de una manera extraña, antres de decir: "Todos tomamos nuestras decisiones. Lyle tomó la suya y tú has tomado la tuya. Yo tomaré la mía".

Los dos jóvenes llegaron a la conclusión de que José Menéndez los iba a matar y a deshacerse de los cuerpos, por lo que decidieron adelantarse a los acontecimientos.

El primer juicio resultó nulo a causa de estos testimonios. La gente del público seguía pensando que eran unos niños malcriados que no soportaban un no por respuesta, pero la duda del maltrato quedó ahí, por lo que hubo un segundo juicio en 1995, donde fueron condenados a la cadena perpetua. La gente de los años 1990 no estaba acostumbrada a las historias de violencia en el seno familiar como lo estamos en 2022, por lo que lo consideraron una excusa de los dos hermanos para rebajar la pena.

La condena especificaba que los dos hermanos nunca mantedrían contacto postal ni telefónico ni serían internados en la misma penitenciaría. En 2018 apareció una carta en la que Erik decía a su primo Andy (fallecido unos meses antes de los asesinatos) que su padre los tocaba ahí abajo, y le hablaba de los masajes extraños que recbía de él a los 12 años. Parecía desesperado. La idea de que los abusos se cometieron empieza a tomar cuerpo en las redes sociales como Tik Tok.