"Mire, pongo la ampicilina al lado del paracetamol: blíster de pastillas rosas, Blíster de pastillas azules. Los colores tienen que combinar. Si la mercancía no llama la atención, no me la compran".
El que habla es Aristil Bonord, un buhonero ambulante sin ninguna formación en farmacia, mientras se coloca sobre el hombro derecho un cubo que sustenta una estructura de píldoras y pastillas de colores como si fueran chuches. En lo alto se sostienen las tijeras para cortar las dosis. Todo el tinglado se sostiene con gomas.
Las farmacias ambulantes pueden parecer exóticas para los turistas mochileros pero comprar en ellas es como pagar por jugar a la ruleta rusa. La falta de supervisión oficial por parte de las autoridades hace que se hayan llegado a vender genéricos de China,pastillas caducadas, falsificaciones confeccionadas en la República Dominicana, etc...
Es teóricamente una actividad ilegal pero el Ministerio de Salud Pública y Población no puede ponerle freno. Los vendedores ambulantes venden todo lo que les ofrecen sus proveedores, desde pastillas abortivas hasta Viagra de imitación. A veces dan pésimos consejos como ofrecer a un adolescente con un fuerte acné potentes antibióticos.
Nota: Ya que hablamosde intrusismo profesional tengan cuidado con lo que oyen sobre uso de fármacos en Internet. Hace unos años unas influencers con canales en You Tube de belleza ofrecían el uso de cortisona como producto de belleza contra los granos.
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