Nuevos testimonios y documentos sostienen que Hans Kammer,oficial de las SS que estaba al cargo de las armas secretas de los nazis,ayudó a los americanos a desarrollar la bomba atomica. Les contamos como:
El agente secreto Donald Richardson viajó a Austria durante la temporada final de la guerra para dar con Kammer y conseguir una maleta con 60 kilos de uranio y trasladarlos bajo mano a los Estados Unidos. Los conocimientos de física del militar nazi Kammer sirvieron para fabricar Little Boy, la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima. Ya sé que suena raro: ¿Un científico militar nazi compartiendo secretos armamentísticos con los aliados? ¿Es un caso de traición? No; Kammler era un tipo despreciable que aprovechó la oportunidad.
Sencillamente la guerra en Europa había terminado y ahora a los estadounidenses les urgía acabar con la del Pacífico, a ser posible sin tener que invadir Japón, y las bombar atómicas fueron el argumento para que las belicosas camarillas militaristas que rodeaban al emperador Hirohito perdieran el apoyo popular.
Sabemos sobre seguro que Kammler desapareció. Era el químico favorito de Albert Speer, constructor de hornos crematorios y cámaras de gas. Cuando vio las botas rusas lo alarmantemente cerca, llamó a los agentes estadounidenses y se puso en sus manos con todos los secretos nucleares del Tercer Reich. Por lo menos eso afirma el hijo de Donald Richardson, el agente que reclutó a Kammler en el curso de la Operación Paperclip, una trama de captación de científicos de la que se beneficiaron Werner Heisemberg y Wherner Von Braun.
Se trasladó a Estados Unidos, fuera de las manos y las represalias rusas a más de 700 técnicos y científicos alemanes, junto con sus familias. Aunque los documentos de las operaciones Paperclip y Pylos todavía están clasificados, la operación fue muy controvertida porque muchos de estos hombres habían hecho experimentos mortales con personas, se habían beneficiado de la mano de obra esclava o habían vuelto más eficaces las instalaciones de los campos de concentración.
Sea com fuera a Kammler no le fue mejor con los estadounidenses de lo que le podría haber ido con los soviéticos. En suelo americano fue interrogado con severidad y apartado. Murió a causa de la presión y de las condiciones del confinamiento en 1947.
Don Richardson dirigió la operación. Se le puede ver en las fotos de los reporteros que cubrieron la conferencia de Yalta detrás del presidente Rooselvelt, mirando a Stalin con desconfianza.
Un documento de Cuerpo de Contrainteligencia ( CIC) desclasificado en 1978 indica que poco después de la ocupación de Alemania por los aliados Kammler se presentó con jugosa información ante los hombres de CIC en Gmunden, un pueblecito austriaco; estos datos los confirma el periodista Frank Döbert que ha reconstruido las últimas semanas en Alemania del general. "Viajó en un B- 29 con 60 kilos de uranio, rumbo a Estados Unidos. Aterrizó en la Base de la Fuerza Aérea de Wendover. Allí ya estaban en marcha los preparativos para el lanzamiento de la bomba atómica sobre Japón".
Según el historiador alemán Rainer Karlsch esto explicaría como uno de los técnicos de la Solución Final no es convocado a comparecer en los juicios de Nüremberg. Los jueces militares solo lo nombran de pasada. Entre otras cosas, el ingeniero militar y criminal de guerra Kammler habría matado a miles de personas durante los preparativos de experimentos nuclerares en las galerías subterráneas de Gusen.
Los trabajadores "invitados" extraían uranio porque sus amos nazis veían en él el ingrediente fundamental para un potente explosivo y para un combustible que daría mayor capacidad de automía a los Panzer. Esta resultaba una poderosa ventaja ya que los norteamericanos no contaban con minas de uranio en su propio suelo. Un programa de la televisión pública alemana hizo un reportaje sobre las pruebas nuclerares desarrolladas en Turingia en 1945.
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