La tabla ouija es un objeto que se utiliza tradicionalmente para intentar comunicarse con el mundo espiritual. Consiste en un tablero con letras, números y las palabras "sí", "no" y "adiós", junto con una pieza móvil llamada planchette que los participantes mueven para formar palabras o responder preguntas. A continuación, exploramos sus orígenes, evolución y las controversias asociadas a su uso:
Orígenes de la tabla ouija
Referencias históricas previas:
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Antes del desarrollo de la tabla ouija, ya existían prácticas de comunicación espiritual similares, como las mesas giratorias y los golpes (raps) utilizados por los médiums en el movimiento espiritista del siglo XIX.
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En culturas antiguas, se usaban métodos para contactar con el más allá, como los sortilegios chinos (fuji), que involucraban el uso de planchettes.
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Invención moderna:
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La tabla ouija fue patentada en 1890 por Elijah Bond y Charles Kennard, quienes la promovieron como un juego de salón.
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Su popularización comenzó con la Kennard Novelty Company y más tarde con William Fuld, quien perfeccionó el diseño y contribuyó a su imagen comercial.
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Primeras referencias literarias y periodísticas:
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Las primeras menciones aparecieron en periódicos de finales del siglo XIX y principios del XX, generalmente en tono de curiosidad o entretenimiento.
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La tabla ouija fue tratada en la literatura como un medio fascinante para explorar el inconsciente y el más allá. Por ejemplo, escritores espiritistas como Sir Arthur Conan Doyle mencionaron prácticas relacionadas en sus textos.
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De entretenimiento a hobby controvertido
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Fenómeno social:
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En sus primeros años, la tabla ouija se utilizaba en reuniones sociales para entretenimiento, especialmente durante la época victoriana, cuando el espiritismo era una moda.
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Era vista como un pasatiempo inofensivo, una forma de diversión para explorar el misterio de lo desconocido.
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Cambio de percepción:
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A medida que el espiritismo cayó en descrédito y las religiones y sectores conservadores la señalaron como peligrosa, la tabla ouija adquirió una reputación más oscura.
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En el siglo XX, especialmente con el auge de películas como El Exorcista (1973), se asoció la ouija con lo sobrenatural, demoníaco y maligno, lo que reforzó su imagen de herramienta peligrosa.
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¿Es una puerta a otras dimensiones?
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Perspectiva espiritualista:
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Muchos espiritualistas creen que la ouija puede actuar como un canal para comunicarse con espíritus, algunos benévolos y otros potencialmente peligrosos. Se advierte que el uso irresponsable podría atraer entidades indeseadas.
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Explicaciones psicológicas:
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La ciencia explica los movimientos de la planchette como el efecto ideomotor, un fenómeno en el que las personas mueven inconscientemente sus manos mientras creen que no lo hacen.
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Desde esta perspectiva, la ouija no tiene un componente sobrenatural, y las respuestas provienen del subconsciente de los participantes.
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Perspectiva esotérica:
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En corrientes esotéricas y religiosas, algunos creen que la ouija podría abrir puertas a dimensiones espirituales, facilitando la entrada de entidades malignas o espíritus "no desarrollados".
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Controversia moral y cultural:
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En diversas tradiciones religiosas y culturales, se considera que cualquier intento de comunicación con el más allá sin protección es riesgoso, lo que contribuye a la imagen de la ouija como un "hobby poco recomendable".
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Conclusión
La tabla ouija es un objeto cargado de simbolismo y controversia. Su historia es una mezcla de invención comercial, fascinación por lo sobrenatural y miedos culturales. La percepción sobre si es un entretenimiento inofensivo o una puerta a lo desconocido depende del contexto cultural, la creencia individual y la intención detrás de su uso.
en la prensa española se han documentado varios casos en los que el uso irresponsable de la ouija ha tenido consecuencias negativas. A continuación, se presentan algunos de los más notorios:
1. El Expediente Vallecas (Madrid, 1991)
Este es probablemente el caso más conocido en España relacionado con la ouija. Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven de 17 años, participó en una sesión de ouija en su instituto. Durante la sesión, una profesora interrumpió el ritual y rompió el vaso que utilizaban como puntero. A partir de ese momento, Estefanía comenzó a experimentar convulsiones, visiones y comportamientos extraños. Falleció meses después sin que se pudiera determinar una causa médica clara. Tras su muerte, su familia reportó fenómenos paranormales en su hogar, como ruidos inexplicables y objetos que se movían solos. La policía llegó a intervenir y dejó constancia de estos sucesos en un informe oficial, siendo este el único caso en España donde se documentaron fenómenos paranormales en un atestado policial. Cádiz Directo+8Wikipedia+8nuevodiario.es+8revistatodolochic.com+2nuevodiario.es+2C5N+2elconfidencial.com
2. El Caso Linama (Linares, Jaén, 1994)
En Linares, tres mujeres (dos adultas y una menor) realizaron una sesión de ouija en un apartamento. Durante la sesión, comenzaron a experimentar fenómenos extraños: la mesa temblaba, los cuadros caían y las cortinas se arrancaban solas. Aterradas, llamaron a la policía. Los agentes que acudieron al lugar también fueron testigos de estos fenómenos y no encontraron explicación racional para lo ocurrido. Incluso, uno de los policías fue empujado por una fuerza invisible y sufrió secuelas psicológicas, lo que le llevó a estar de baja durante un tiempo. Aleteia+1Cádiz Directo+1Cádiz Directo+1Aleteia+1
3. El Caso de A Estrada (Pontevedra, 1994)
En la localidad gallega de A Estrada, se encontró el cadáver de una joven en circunstancias que sugerían un posible ritual satánico. Un periodista del Diario de Pontevedra y una supuesta médium, Mercedes López, organizaron una sesión de ouija para intentar contactar con el espíritu de la víctima. Durante la sesión, el espíritu se identificó como Rosa, una mujer portuguesa con una hija, y negó que su muerte estuviera relacionada con un ritual satánico. Aunque la sesión no resolvió el caso, generó controversia sobre el uso de métodos paranormales en investigaciones criminales. Wikipedia+4Cadena SER+4El Correo+4
4. El Caso de Huelva
En Huelva, un joven de 21 años, tras la muerte de su abuelo, decidió realizar una sesión de ouija con amigos para despedirse de él. Durante la sesión, comenzaron a experimentar fenómenos extraños y aterradores, lo que llevó al joven a arrepentirse de haber participado en el ritual. Huelva Información
Conclusión
Estos casos reflejan cómo el uso de la ouija, especialmente sin el conocimiento o respeto adecuados, puede derivar en situaciones perturbadoras. Independientemente de las creencias personales sobre lo paranormal, es evidente que la sugestión y el miedo pueden tener efectos reales y profundos en las personas. Por ello, se recomienda precaución y responsabilidad al considerar participar en actividades de este tipo.
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