La cacería de elefantes protagonizada por el entonces rey Juan Carlos I de España en abril de 2012 se convirtió en uno de los escándalos más emblemáticos de su reinado, tanto por sus implicaciones éticas como políticas. Aquí te presento un resumen detallado de los eventos y sus repercusiones:
1. Contexto y Cacería en Botsuana
El 14 de abril de 2012, mientras España enfrentaba una severa crisis económica con más de 5 millones de desempleados, el monarca sufrió una fractura de cadera durante un safari de caza mayor en Botsuana. El accidente ocurrió mientras participaba en una cacería de elefantes, un viaje que fue percibido como inapropiado dada la situación económica en España.
¿Quién pagó y cuánto costó?
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Coste de la cacería: Se estima que el costo del viaje rondaba los 44,000 euros. A esto se suman gastos adicionales asociados con la logística, seguridad y el transporte de la comitiva.
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Financiación: Según informes posteriores, la cacería habría sido financiada por un empresario saudí, el portavoz de la Casa Real saudí y también gran amante de la caza, Mohamed Eyad Kayali. lo que generó críticas por posibles conflictos de interés y falta de transparencia.
El incidente con la cadera:
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Juan Carlos sufrió la fractura al tropezar en el campamento de safari tras una noche de copas en un pabellón de caza. La excusa de la cacería sería que Alexander Sayn-Wigenstein, el hijo de 10 años de su amante Corinna Larsen descubriese las emociones de un safari de caza de elefantes. Aunque está permitido en Bostwana disparar a elefantes viejos o enfermos, Juan Carlos I mató con su rifle Rigby 470 un ejemplar joven y sano por el trofeo de sus colmillos, mientras se suponía que en España era presidente honorario de WWF Adena, una organización de protección de la fauna.
Este incidente requirió un regreso urgente a España para ser operado en Madrid. La urgencia del viaje y la naturaleza del incidente revelaron públicamente la participación del rey en la cacería.
¿Qué arma usó y si el elefante fue rematado?
Durante el viaje, el monarca estaba acompañado por Corinna Larsen (anteriormente conocida como Corinna zu Sayn-Wittgenstein), quien había sido identificada como una "amiga entrañable". La relación entre ambos ya era objeto de especulación en la prensa, y este incidente confirmó la cercanía entre ellos. Otras amigas entrañables serían la decoradora Marta Gaya, la condesa Olghina de Robilant, la empresaria Sol Bacharach o la corista Barbara Rey, entre otras mujeres.
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Implicaciones: La presencia de Corinna en un viaje financiado por terceros añadió más controversia, ya que se la percibió como parte de un círculo exclusivo que gozaba de privilegios poco claros.
3. Reacción del Gobierno y de la Opinión Pública
En el momento de la cacería, España estaba sumida en una crisis económica grave. La noticia del viaje generó indignación pública y críticas por el contraste entre el lujo del safari y la difícil situación de los ciudadanos.
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Disculpas del Rey: Ante la presión, Juan Carlos I emitió una disculpa histórica el 18 de abril de 2012 al salir del hospital: "Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir."
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Reacción gubernamental: El gobierno de Mariano Rajoy mantuvo una postura moderada, aunque el episodio intensificó el debate sobre la transparencia y la utilidad de la monarquía.
Los ciudadanos empezaron a pasar a ver al rey como un personaje adicto al lujo y a las cacerías de animales protegidos por las leyes medioambientales - ya hubo un incidente de supuesta caza enlatada en Rusia con un oso emborrachado con vodka y miel para hacer más fácil el disparo, así como la confirmación de la muerte a manos de Juan Carlos I de un ejemplar del escasísimo bisonte europeo en una reserva de Polonia-, desafecto con sus compromisos institucionales e incapaz de contener su líbido. La noche de copas anterior a la cacería llegó a decir : "Soy rey y hago lo que me da la gana", delante de sus amigos, poco antes de romperse la cadera.
4. Impacto en la Corona
El incidente marcó el inicio de un declive en la popularidad del monarca y, junto con otros escándalos (como el Caso Nóos), debilitó la institución de la Corona.
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Abdicación: Aunque el viaje a Botsuana no fue la causa directa, el escándalo fue un factor que contribuyó a la decisión de Juan Carlos de abdicar el 18 de junio de 2014 en favor de su hijo, Felipe VI.
Conclusión
La cacería en Botsuana simbolizó un alejamiento de Juan Carlos I de las preocupaciones del pueblo español en un momento crítico. Este episodio combinó elementos de opulencia, opacidad financiera y relaciones personales controvertidas, erosionando la confianza pública en la monarquía y provocando un debate sobre la modernización de la institución.
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