sábado, 23 de enero de 2021

No es país para viejos. ¿Qué es un neowestern?

 

 

Entre 1938 y 1975 la gente iba a ver los westerns a los cines, películas ambientadas en la frontera de los Estados Unidos entre la compra de Louisiana en 1803, y algunas películas de los años 1970, que hacían alusión a la Revolución Mexicana de 1910. Los conflictos eran por ganado, oro o por las consecuencias del Destino Manifiesto. Los recursos eran precarios; las autoridades federales eran débiles, lejanas o desinteresadas, o una mezcla de todo lo anterior; y el recurso era el revólver Colt.

¿Se siguen haciendo westerns? No, no en la misma cantidad que antes, pero la frontera sigue ahí, y la vemos en películas como SEÑALES DE FUEGO, sobre los conflictos dentro de una reserva india, FARGO, sobre un secuestro de la mujer de un empresario rural que sale mal, o LOS TRES ENTIERROS DE MELQUIADES ESTRADA, sobre el asunto de los espaldas mojadas. La frontera permanece allí, y al final el último recurso es quién disparará mejor y antes que los demás.

NO ES PAÍS PARA VIEJOS ( en Hispanoamérica, SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES) es la típica película de pistoleros y fuera de la ley trasladada a la década de 1980. Jewellyn Moss es un cazador de berrendos, una especie de antílopes, que un día se encuentra con los restos de los vehículos calcinados de un grupo de narcotraficantes. Se acerca a mirar y descubre un maletín con dos millones de dólares y a un mexicano moribundo que le suplica beber.

El dinero le interesa para salir de su propia mugre, porque el es uno de esos estadounidenses que vive en una caravana. Así que lo coge. Pero tiene el corazón demasiado blando para lo que pretende hacer porque regresa al lugar del incidente para hacerse cargo del mexicano herido al que encuentra muerto de un disparo. Casi lo emboscan.

Atrapado entre la codicia, el miedo a la pobreza y el deseo de salir vivo del asunto, le dice a su esposa que recoja a su madre y se esconda en El Paso, y cruza la frontera tras esconder el maletín en un motel del condado vecino.

Casi al instante es perseguido por el pistolero psicopático que en realidad parece que protagonice esta historia, Anton Chirguh, un tipo que lanza una moneda al aire para decidir si mata a sus víctimas o no. También usa una pistola conectada a una bombona de aire comprimido, lo que deja a los de balística de las oficinas del sheriff sin nada que investigar.

El dinero se volatizará. Moss muerto a manos de desconocidos; Chirguh no lo recupera; Carson Welles - un cazador de recompensas rival de Chirguh- muerto mientras intentaba solucionar el asunto con Moss por las buenas; la viuda de Moss, incapaz de pagar el entierro de su madre y sin un medio de subsistencia. El Oeste fue siempre violento, y allá donde termina la ley de los hombres empieza la llamada del instinto, del sálvese quien pueda, una norma que Chirguh no podrá ignorar cuando tenga un accidente con un coche fúnebre robado mientras huía del lugar donde presumiblemente ha matado - ¿por compasión por primera vez?- a la esposa de Jewellyn Moss.

https://www.youtube.com/watch?v=FvjkojaH1GQ

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