lunes, 7 de enero de 2019

Andrés Pascual escribe una novela sobre la construcción del Taj Mahal.

Una historia de amor que no entiende de credos no de limitaciones. la del calígrafo Balu en pos de su amada, recluída en el harén real, en medio de la construcción del Taj Mahal en medio de la India de los mogoles. Veinte mil obreros de distintas nacionalidades y castas trabajaron en el mausoleo, trasfondo para la trepidante novela histórica del escritos Andrés Pascual (Logroño, 1969) , Premio 2016 de Novela Histórica Alfonso X el Sabio.


-En el libro dices que tu intención era recuperar la épica de los 20.000 obreros que trabajaron en el Taj Mahal.

-Me sorprendió que hubiese tan pocos libros sobre la logística para levantar ese mausoleo, y los que hay están escritos desde el prisma de la clase dirigente. Descubrí que se habían congregado para tal fin cientos de artesanos de diferentes países y oficias que vivieron, sufrieron e incluso murieron para que un rey mogol demostrase lo que amaba a su esposa, muerta de parto.

-¿Cómo era la vida de estos trabajadores?

No eran esclavos, aunque en la India del siglo XVII existiera la esclavitud en los harenes o en la agricultura. Un intendente repartía los salarios a los representantes de las diferentes castas de los oficios y luego los distribuía entre los equipos. No había seguridad laboral por lo que se tuvo que preparar un tramo junto al río Yamuna para las cremaciones de los muertos en el contexto de la obra. También había una gran creatividad. Fue una pasada ponerme en la mente de los maestros calígrafos- escultores de la obra a lo lago de los 12 años que duró.

Hay mucho escrito sobre el emperador Mogol y su mujer fallecida pero muy pooco sobre los detalles técnicos de la construcción. ¿Cómo te documentaste?

En un librito con hojas de pergamino de una imprenta de Delhi de 1940 encontré una página donde venían los sueldos de los trabajadores; otro día, una que describía las herramientas de los canteros. Las miniaturas del Imperio Mogol fueron la mayor fuente de información. Akbar el Grande, el Tercer Gran Mogol, por ejemplo, documentó todo su reinado con miniaturas y era tan preciso que exigía a los artistas que los dibujos se parecieran a las personas retratadas.

-La caligrafía ocupa un papel destacado en el arte islámico y en el propio Taj Mahal...

- Muchas veces cuando visitamos monumentos árabes como la Alhambra o el que nos ocupa, el Taj Mahal nos encanta su decoración, los arabescos, sin saber que son suras y azoras completas del Corán... Quería que mi protagonista fuese un trabajador especializado. Balu se relaciona con los marmolistas, con el maestro de cúpula o con el diseñador de jardines pero el arte especial del mundo islámico es, sin duda, la caligrafía.

-Respecto al amor entre Balu y Aisha, ¿se podía escapar de la propia casta?

-Lo dice el personaje de la madre de Balu: "Nadie puede escapar de su propia casta". Es la clave del libro, una historia de amor y superación.

CORRE A TU LIBRERÍA:

Taj.
Andrés Pascual.
Espasa, Madrid, 2016.
19,90 E

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