Depilándose a lo largo de los siglos.

Las mujeres del Antoguo Egipto depilaban todo su cuerpo, incluída la cabeza. Usaban pelucas. Empleaban cremas depilatorias confeccionadas con sangre de animales o grasa de hipopótamo. Tmbién usaban pinzas depilatorias hechas con conchas marinas y caparazones de tortuga, piedra pómez o cera de abeja mezclada con azúcar, agua, limón y miel.

Los varones egipcios también se depilaban por motivos religiosos. Por ejemplo, se depilaban por completo para entrar en los templos.

En Grecia gustaban las mujeres y los hombres sin vello corporal, por lo que se usaba "dropa", una sustancia hecha con tierra de Chipre y vinagre. En Roma se consideraba la depilación en las termas como algo exclusivo para el bolsillo de los patricios. Incluso el vello púbico se consideraba algo propio de los bárbaros. En los prostíbulos trabajaban los apiliarios, unos esclavos encargados de depilar los genitales de las prostitutas.

Las mujeres medievales se depilaban las cejas, el nacimiento del cabello y las sienes con una mezcla peligrosisima que contenía cal viva y arsénico. Sobre esta sustancia, un tratado escrito en 1532 advertía. "Cuando sientas calor en la piel, lávala rápidamente para que no se caiga la carne".

En el Renacimiento los cuadros LAS TRES GRACIAS y EL NACIMIENTO DE VENUS muestra muchachas sin vello púbico, ya que se lo trataban con vendas impregnadas en vinagre y aceite, así como se lo rasuraban con navajas.

Jacques Perret inventa en 1760 la primera maquinilla de afeitar la barba. En 1903 King Camp Gillette inventó la primera maquinilla con cuchillas intercambiables.

A principios del siglo XX aparecen las primeras cremas depilatorias para acabar con el bozo de la cara y el vello de los brazos. Estaban hechas con parafina, cera de abejas y resina. En 1931 aparece la primera maquinilla de afeitar eléctrica.

En los años 60 se imponen las primeras tiras de cera y se idea la primera forma de depilación con láser. Es un procedimiento indoloro con la tecnología Soprano. Las feministas empiezan a reivindicar a principios del siglo XXI un cuerpo más natural y sin depilar, justo en los momentos en que aparecen los metrosexuales, hombres que se cuidan y se depilan, algo que no había sido un interés para los varones durante varios siglos.