miércoles, 17 de marzo de 2021

NOSFERATU, de Murnau (1922).


 La figura del vampiro fue introducida en Occidente por los románticos. La idea es la de un aristócrata decadente, un no muerto que se levanta de la tumba para alimetarse de la sangre de los vivos, con un gran magnetismo sexual hacia las mujeres. Como no puede desgarrarles los corpiños para tener trato carnal hacia ellas, la sexualidad vampírica se sugiere por medio del mordisco en el cuello y de la sangre que brota de él poco a poco.

Las primeras obras sonde la literatura inglesa con EL VAMPIRO (1819) de Polidori y DRÁCULA de Bram Stoker (1897). Antes hubo leyendas de los Balcanes sobre muertos que se levantan de su tumba, lobos muertos que se transforman en vampiros con forma humana ( de bartolak, piel de lobo) y métodos de impedir que los muertos se levanten de su tumba en medio de una epidemia de peste como ponerlos boca abajo y sujetarles al ataud por la nuca por medio de una argolla metálica.

Murnau era un director expresionista alemán del periodo de entreguerras que no consiguió los derechos de autor de DRÁCULA en 1922, pero no renunciaba a introducir la figura del vampiro en el mundo del cine. Mientras el Drácula de Stoker era refinado y bien parecido, a pesar de su edad, Murnau lo convirtió en un hombre esquelético, con manos finas, dientes de ratón y orejas puntiagudas. ¿Vamos a hacer una película de terror? Pues que se vea bien quien es el malo de la función.

Eso lo llevó de cabeza a problemas con los derechos de autor por parte de la viuda de Stoker, que ordenó la destrrucción de todas las copias salvo algunas que estaban en los Estados Unidos o en países donde todavía no se había proyectado y durmieron el sueño de los justos en los archivos cinematográficos.

La fascinación de los alemanes de entreguerras por el vampiro es la fascinación por personas con buenos modales, silenciosas, recatadas, hasta que despiertan a su verdadera naturaleza y se convierten en monstruos violentos, imparables, locos.... Supongo que era una advertencia velada a la fascinación que sentían las clases altas por los demágogos de los primeros totalitarismos cuando aún no tenían el poder y las necesitaban para alcanzarlo. Sobre todo, las mujeres. Una mujer de clase alta que se siente atraída por un vampiro en 1838 es una mujer de clase alta de 1933 que se siente atraída por los modales y el refinamiento en ciernes de un jerarca nazi o fascista, y tiene miedo de las nuevas corrientes de pensamiento más igualitarias. El mordisco en el cuello va a ser de órdago.

En 1932 Tod Browning rueda la primera película de vampiros en Estados Unidos. Bela Lugosi hace de DRÁCULA. ¿Por qué una sociedad tan igualitaria y abierta a lo nuevo podía tener fascinación por los vampiros? En los años 20 Estados Unidos despertaba a la sociedad de consumo y nutría su prosperidad, cuan vampiro, de las deudas de las potencias europeas tras la Primera Guerra Mundial. Los estadounidenses vivían despreocupados, como Lucy Westenra en la novela de Stoker, sin saber que fuerzas oscuras oscilaban de una forma mortal sobre sus cabezas. El Jueves Negro y el Crack de 1929 estaban a la vuelta de la esquina cuando a Estados Unidos ya no le quedase más sangre con que alimentar a los monstruos que había contribuido a crear en Europa.


Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=1djGyCj1vCk

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