jueves, 20 de julio de 2023

El lado oscuro del Proyecto Manhattan.


 "Ahora somos todos unos hijos de puta", le espetó Ken Brainbridge al físico Robert Oppenheimer pasadas las 5:20 horas dela mañana del 16 de julio de 1945. Acababan de probar "Gadget", el primer artefacto atómico de la Historia. Brainbridge estuvo a cargo de las pruebas de Trinity, unas pruebas nucleares en Nuevo México, que mataron de cáncer a unos desprevenidos granjeros. El Gobierno no les informó nunca de las razones por las que habían contraído cáncer.

Alemania había capitulado el 7 de mayo. El Proyecto Manhattan había perdido con ello su principal razón de ser, evitar que los nazis consiguieran la fisión del átomo y utilizasen armamento nuclear. Las autoridades de Inteligencia aliada sabían que Hitler había descartado esa posibilidad  en 1943 frente a los prototipos de aviones a reacción y los primeros misiles, las bombas V-1 y V-2. Sin embargo, dos bombas atómicas fueron detonadas en el puerto de Nagasaki y en la ciudad industrial de Hiroshima. ¿Por qué?

Muchos de los físicos que participaron en el Proyecto habían sufrido en sus carnes los efectos discriminatorios o potencialmente letales del nacionalsocilismo. También sabían que un équipo de físicos que no habían sido expulsados de sus cargos por las autoridades nazis trabajaban en su propia bomba a las órdenes de Werner Heisemberg, el padre del principio de incertidumbre. "Es imposible saber dónde estará en una momento dado una partícula y el valor de su espín simultaneamente". En 1943 todos se trasladaron a Los Alamos, una población secreta en Nuevo México, donde solo llegaban camiones de suministros militares por una carretera sin asfaltar y donde sólo había una única línea de teléfono.

El secretísmo en Los Álamos era tal que a los científicos de origen alemán no se les permitía hablar entre ellos en ese idioma por si un día llegaba a haber micrófonos en los laboratorios. Los informes se memorizaban y se destruían en una incineradora.

Hubo cierto debate tras la rendición de Alemania sobre si seguir con los experimentos. Oppenheimer opinaba que participar en aquello era estar en la cresta de la ola de la investigación de Física. Fermi, otro físico presente, opinaba lo mismo. El general Leslie Groves contestó que el objetivo no era derrotar a Japón, cosa que estaba mas que conseguida tras las invasiones de Guadalcanal y Okinawa, sino evitar que Rusia ganase peso en esos enclaves asiáticos, del mismo modo que lo había hecho en Europa del Este. Sólo un científico se largó por cuestiones éticas de Los Álamos.

Los científicos del Proyecto Manhattan habían aprendido a odiar a los comunistas tanto como a los propios nazis. El hecho de que Oppemheimer fuera comunista les daba lo mismo. La bomba atómica solo tenía valor como arma geopolítica.

"La primera bomba atómica fue un experimento innecesario. (Los científicos) habían inventado un juguete y tenían ganas de probarlo".

William "Bull" Halsey, almiant de los Estados Unidos en el frente del Pacífico.

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