Escena: En el salón de la casa de Alex e Iria. Toy, un perro caniche, está acurrucado en una esquina, mirando su pata con desconfianza, mientras Iria lo observa desde el sofá, intentando calmarlo. Sugar, el pequeño perro yorkshire, se acerca a Toy con paso decidido.
Sugar: (Mirando a Toy fijamente) Toy, ¿qué has hecho? ¡Te has mordido a Iria!
Toy: (Mirando al suelo, voz temblorosa) No lo quise hacer, Sugar... pero... pero no puedo controlarlo. Me asusté. Me siento atrapado.
Sugar: (Acerándose con calma) No puedes seguir así, Toy. Eso no está bien. Iria nunca te haría daño. Mira cómo te cuida. ¿Por qué actúas así?
Toy: (Baja la cabeza, sus ojos se llenan de tristeza) Mi... mi antiguo dueño era un adolescente... inestable. Me encerraba en un cobertizo. Ahí me pegaba cuando se sentía mal. Entre cuatro paredes... siempre me sentía atrapado, sin salida. Cada vez que veo una puerta cerrada... siento que no puedo respirar. Mi corazón late muy rápido, y entonces... no sé qué pasa, me pongo tan asustado que muerdo.
Sugar: (Mirando a Toy con comprensión) Toy, yo... yo no sabía eso. Pero escucha, aquí, en casa de Alex e Iria, estás a salvo. Ellos no son como el chico de tu pasado. Jamás te harían daño. Mira todo lo que te dan, todo lo que te cuidan. Tienes espacio para correr, para jugar, y siempre hay comida, cariño... Todo lo que necesitas.
Toy: (Sigue mirando el suelo, con voz entrecortada) Lo sé, lo sé, pero... me cuesta tanto confiar. En el parque... allí es diferente. Puedo ver a las personas desde lejos, olerlas... y me siento más seguro. Aquí, en casa... cuando las paredes se cierran... me siento tan pequeño... como si el cobertizo estuviera de nuevo... cerca.
Sugar: (Con tono tranquilo pero firme) Toy, sé que es difícil. Pero no puedes dejar que esos recuerdos te controlen. Tú mereces estar aquí, con Alex e Iria. Ellos te quieren, y no te van a hacer daño. Si alguna vez te sientes así, puedes ir a tu rincón, a tu cama. Es tu espacio. En el parque, te sientes fuerte, y eso está bien, pero aquí también puedes estarlo. No tienes que huir. Si tienes miedo, avísame. ¡Yo te protegeré!
Toy: (Levanta la vista lentamente, mirándote con una chispa de esperanza en los ojos) ¿De verdad crees que... que puedo quedarme aquí? ¿Que puedo sentirme seguro?
Sugar: (Sonriendo con ternura) Claro que sí. Solo tienes que dejar que te ayudemos, y poco a poco, te irás sintiendo mejor. Yo te guiaré, lo prometo. Y si algún día el miedo vuelve, recuerda que no estás solo. Todos estamos aquí para ti.
Toy: (Con voz más tranquila, casi susurrando) Gracias, Sugar... creo que puedo intentarlo. Quiero quedarme aquí. Quiero sentirme como... como parte de la familia.
Sugar: (Le da una pequeña palmadita en el hombro) Eso es lo que eres, Toy. Parte de la familia. Y nadie te va a echar de aquí. Vamos, hoy es un buen día para dar un paseo, ¿te parece?
Toy: (Sonríe tímidamente, levantándose) ¡Sí! ¡Vamos! ¡Puedo intentarlo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario