Orígenes de las maras
Las maras MS-13 (Mara Salvatrucha) y Barrio 18 (Mara 18) surgieron en Los Ángeles, California, durante las décadas de 1980 y 1990.
- MS-13: Fundada por inmigrantes salvadoreños que escaparon de la guerra civil en El Salvador (1979-1992). La "MS" hace referencia a "Mara Salvatrucha," donde "mara" significa pandilla, y "salvatrucha" podría derivar de "salvadorense" o de "trucha," que significa astuto en jerga callejera.
- Barrio 18: Inicialmente una pandilla callejera multiétnica que se originó en los Estados Unidos, y posteriormente se dividió en facciones hispanas, principalmente de origen mexicano y centroamericano.
Ambas maras crecieron en comunidades marginadas de inmigrantes latinos, ofreciendo un sentido de identidad y protección. Sus actividades delictivas incluyeron tráfico de drogas, extorsión, y violencia callejera. A través de deportaciones masivas a Centroamérica, estas pandillas se trasladaron a países como El Salvador y Honduras, donde encontraron terreno fértil en contextos de pobreza, desempleo y gobiernos débiles.
Actividades y consecuencias
Para los ciudadanos:
- Extorsiones: Las maras imponen "impuestos" a negocios, transporte público y residentes, lo que genera miedo y limita la actividad económica.
- Violencia extrema: Los asesinatos y enfrentamientos entre pandillas han elevado los índices de homicidios a niveles críticos en El Salvador y Honduras.
- Desplazamiento forzado: Muchas familias huyen de sus comunidades debido a amenazas de muerte, lo que genera migraciones internas y hacia Estados Unidos.
- Juventud en riesgo: Los jóvenes son reclutados por las maras o perseguidos por su presunta asociación, reduciendo sus oportunidades de educación y empleo.
Para los gobiernos:
- Crisis de seguridad: Los altos índices de criminalidad desafían la capacidad de las autoridades para garantizar el orden.
- Impacto económico: La inseguridad afecta la inversión extranjera y obstaculiza el desarrollo económico.
- Políticas represivas: Estrategias como "Mano Dura" en El Salvador y Honduras han generado abusos de derechos humanos y han sobrepoblado las cárceles sin resolver el problema de raíz.
- Costos judiciales y carcelarios: La gestión de capturas masivas y mantenimiento de reclusos consume recursos significativos.
Respuesta policial y gubernamental
- Planes represivos:
- En El Salvador, bajo el gobierno de Nayib Bukele, se implementó un "Estado de Excepción," que permitió capturas masivas y militarización de comunidades.
- En Honduras, programas como "Fuerza Nacional Antimaras" intentaron desarticular redes criminales.
- Acción judicial:
- Encarcelamiento masivo, incluyendo la construcción de megaprisiones en El Salvador.
- Reforma de códigos penales para aumentar las penas por asociación con pandillas.
- Prevención y reintegración:
- Programas educativos y oportunidades laborales para jóvenes en riesgo.
- Colaboración con ONGs para promover actividades culturales y deportivas.
- Cooperación internacional:
- Apoyo de Estados Unidos a través de la Iniciativa Regional de Seguridad de América Central (CARSI).
Signos de identificación
- Tatuajes:
- MS-13: El número "13," las letras "MS," cruces, calaveras y diseños mayas.
- Barrio 18: El número "18," tatuajes de arañas, telarañas o el nombre completo "Barrio 18."
- Señales de mano: Gestos elaborados con los dedos que forman los números "13" o "18."
- Colores:
- MS-13: Azul y blanco (colores de la bandera salvadoreña).
- Barrio 18: Negro y blanco.
- Lenguaje y símbolos: Jerga propia que incluye amenazas veladas y códigos para identificar a sus miembros y enemigos.
El impacto de las maras en El Salvador y Honduras es profundo y complejo. Los esfuerzos por reducir su influencia requieren un enfoque integral que combine medidas de seguridad con programas sociales y prevención a largo plazo.
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