Basauri, antes de la dominación romana. Los castreños no lo saben, pero desde su nido de águilas en lo alto del monte Malmasín están a punto de ser los padres fundadores del poblamiento de las zonas aledañas a Bilbao.
1994. Ese año los arqueólogos están haciendo trabajos en la ermita de époga visigótica de Fínaga cuando el alcalde, Roberto Otxandio, les pide que investiguen los terrenos de un particular, un poco abandonados. Convencido del potencial como patrimonio del lugar el Consistorio basauritarra lo adquirió.
Se han encontrado restos de guerreros vascones, lo cual proporcionará información sobre su dieta, la forma en que colonizaron la comarca, así como la cultura funeraria entre los siglos IV a de C hasta la Alta Edad Media. Los cuerpos gozaban de ajuar (armas, jirones de ropa y utensilios de uso cotidiano).
Los castreños celtas de Basauri y Arrigoriaga eran una sociedad de campesinos y ganaderos. También había herreros. La guerra era para estos castreños una forma de vida estacional, ya que era la unica manera de obtener botín, prosperidad, prestigio y el poder por parte de las élites celtas.
Malmasín estaba fortificada con murallas y un foso. Curiosamente el término "castro" es la raíz etimológica de "castrense", de decir, propio de militares.
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