Como toda mi infancia deseé viajar a través del tiempo, creo que voy a hablar de esta serie norteamericana, la antepasada del MINISTERIO DEL TIEMPO. Fue rodada en los años 80 y consta de 20 capítulos. Los productores quisieron rodar una segunda temporada, pero el coste era prohibitivo.
Los viajeros, en este caso eran dos. El viajero del tiempo profesional era Phineas Bogg (interpretado por el sex simbol Richar Hexum), un tipo atlético, con gran éxito con las mujeres, dispuesto a entrar en acción siempre que la situación lo requiriera. El otro es Jeff (Neemo Pumice), un chico de 12 años, hijo huérfano de un historiador.
La máquina del tiempo es un artefacto de bolsillos programable. De hecho, a lo largo de la serie es robado por unos carteristas victorianos o por bandidos de la Ruta de la Seda, y desmantelado por el mismísimo Thomas Alva Edison. Si la luz es verde, todo está en orden, y los dos amigos espacio- temporales pueden relajarse. Pero si la luz es roja, hay un elemento que está cambiando la Historia y deben arreglarlo.
Se supone que los viajeros del tiempo de la serie son una especia de sociedad secreta educada y preparada para intervenir en todo tipo de situaciones.
En la serie EL MINISTERIO DEL TIEMPO, los viajeros están allí porque les pagan por hacer esos viajes. No entendemos como se las arreglan para mantenerse Bogg y Jeff. En cuanto a sus relaciones con otros viajeros del tiempo, en un episodio se encuentran con un viajero del tiempo jubilado de los años 40, y en otro son sometidos a una vista disciplinaria por romper los códigos de conducta.
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