lunes, 8 de junio de 2015

55 DÍAS EN PEKÍN, de Nicholas Ray. (1963)

Sigo con lo del cine clásico de aventuras y traigo aquí una película ambientada en la exótica China, antes de que los norteamericanos la empezasen a relacionar con las artes marciales y las patadas voladoras variadas. Cualquiera que vea cine de Hollywood después de 1970 debe estar convencido de que cada chino es un sensei en potencia.
55 DÍAS EN PEKÍN  es una película histórica de aventuras sobre las consecuencias indeseadas del imperialismo. A finales del siglo XIX tener colonias es lo que prevalece, y en China los civiles ven como una agresión la llegada de occidentales, felices de haberse conocido, interfiriendo en los asuntos de política doméstica china, que no escuchan a nadie, y especialmente de los misioneros, que tratan la cultura china como algo poco válido y a los campesinos chinos como si fueran sus amos.
China había perdido Hong Kong en 1842 a manos de los británicos, tras la Primera Guerra del Opio, los rusos estaban estudiando hacer anexiones más alá de la frontera del río Amur y en Manchuria, y Japón se había anexionado Formosa ( hoy Taiwán) y las Islas Pescadoras tras el Trtado de Shimonoseki de 1895.
La emperatriz Cixi mantenía una política basada en la tradición frente a su sobrino, que quería reformas, para poder ser competitivos en los mercados comerciales, y no una presa apetecible. Por eso Cixi  apoyó a unos rebeldes, los Bóxer, que mataban y torturaban a los misioneros y a los chinos cristianos.
En 1900 los bóxer mataron al embajador alemán y asaltaron la embajada. El barrio de las embajadas estaba junto a la Ciudad Prohíbida, para vigilar mejor a esos extranjeros bárbaros e ignorantes.
Los Bóxer formaban parte de una sociedad secreta llamada según traducción del chino al español Puños Rectos y Armoniosos y asediaron durante 55 días el barrio de las delegaciones diplomáticas, defendido por 55.000 hombres entre chinos reformistas, japoneses, británicos, franceses, estadounidenses, alemanes, italianos y austrohúngaros.
Fueron derrotados por los occidentales, que en represalia, sembraron el terror en Pekín, tras los combates callejeros para recuperar el control. La familia imperial huyó de la vecina Ciudad Prohíbida y se refugió en Xi´an. El palacio fue saqueado y los criados pasados por las armas, así como numerosos civiles chinos. Los saqueos a manos de los soldados occidentales eran cotidianos, así como las torturas arbitrarias para encontrar a los cabecillas de la sociedad secreta de los Bóxer. Los soldados hambrientos dispararon sobre los animales del zoológico de palacio, lo que se tradujo como consecuencia en la extinción del ciervo del padre David, ya muy escaso en China.
55 días en Pekín es la versión occidental de 1963, pero si quieren ver el asunto desde el punto de vista de los chinos pueden visionar la película ÉRASE UNA VEZ EN CHINA, donde el protagonista es el maestro de artes marciales Wong Fei Hung (1847-1924), que en esta cinta protege a los diplomáticos occidentales y a sus familias de un cabecilla bóxer y de un oficial corrupto. El sensei está interpretado por el actor Jet Li.
En la película de Nicholas Ray, David Niven es el cabecilla de la resistencia de los diplomáticos al ataque Bóxer, el embajador inglés sir Arthur Robertson. Charlton Heston es Matt Lewis, un oficial norteamericano y Ava Gardner es su amante, Natalia Ivanoff, una aristócrata rusa. Sobre la Gardner podemos decir que se pasó cada día del rodaje ligeramente borracha. Como no había un libreto standar, Nicholas Ray y los guionistas decidieron que la aristócrata rusa tenía que morir de un balazo, tras una intervención heroíca a favor del imperialismo, y así se ahorraban despedirla por conducta impropia. La película fue rodada en Madrid.

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