Mi impresión tras ver el filme:
No soy un puritano. La colección de cintas para adultos que hay en mi habitación lo demuestra. Para recrear la figura de este poeta, periodista y director de cine maldito hay que estar dispuesto a pasar por el fuego, y resulta que yo soy indemne a esas llamas. Toco madera.
Asistimos a las últimas horas de Pier Paolo Pasolini, interpretado magistralmente por Willem Dafoe. Nos preocupamos por su película más extrema, Saló o los 120 días de Sodoma, una adaptación de una obra de Sade, y rezamos para que los censores no la destrocen tras su estreno en Milán. Estamos presentes en la última entrevista de Pasolini con un periodista de L´Stampa. Le escuchamos, hacemos nuestra su desesperanza que no asco ante un mundo decadente y sin alicientes. No hay redención ni paraíso. Todo se ha dicho y si no, todo lo que se podría llegar a decir, son palabras muertas antes de nacer.
Pero junto a ese Pasolini oficial esta el familiar, el que disfruta de una reunión familiar con su madre, su hermana y una colaboradora. Hablan del viaje de Pier Paolo a Estocolmo, de que las actrices "socialistas" que han participado en los 120 días de Sodoma usaban una crema especial para disimular las arrugas de los labios vaginales. oyen música croata...
Y por último está el Pier Paolo Pasolini que muere en una playa de Ostia a manos de unos homófobos por querer vivir su condición homosexual en un mundo decadente, que trata de dominar su decadentismo y a él lo ha vetado. Es durante la revolución sexual. Los DMS dicen que los homosexuales tienen problemas edípicos y que estos se expresan por medio de su sexualidad "enfermiza". Muere en la misma guerra que Harvey Milk.
PARA VER:
(El trailer de este biopic sobre un escritor y cineasta provocador)
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