Muchas afecciones como la fibromialgia o el dolor neuropático están relacionadas con la inflamación. Esta es la respuesta natural del organismo ante lesiones o infecciones, pero cuando las células nociceptoras del sistema nervioso ( encargadas de desencadenar la respuesta dolorosa para alertar al cerebro de que algo va mal) desencadenan su labor después de que el estímulo ha terminado, podemos hablar de inflamación crónica.
Los nutricionistas han demostrado que algunos alimentos son antiinflamatorios. Los alimentos procesados como el azúcar refinado o la bollería ultraprocesada desencadenan estas respuesta disfuncional mientras que los alimentos ricos en Omega-3 como el atún o el salmón, las verduras o especias como el jengibre pueden tener efectos positivos en el dolor inflamatorio crónico.
ACIDOS GRASOS OMEGA-3
Están presentes en el pescado azul como las sardinas, la caballa o el atún así como el vegetales como las semillas de chía y las nueces. Estos ácidos grasos ayudan a regulas la producción de citoquinas proinflamatorias. Con alimentos ricos el Omega-3 el paciente puede manejar el dolor neuropáticos y el relacionado con la artritis reumatoide.
ESPECIAS.
Nos interesan dos: la cúrcuma, rica en un valioso componente activo: la curcumina. El jengibre es rico en gingeroles y shiogaoles, con efectos antiinflamatorios. Estas especies alivian el dolor muscular tras el ejercicio y el dolor relacionado con la osteoartritis.
LOS ANTIOXIDANTES.
Al respirar consumimos oxígeno necesario para los procesos celulares pero también los radicales libres, un veneno asociado a la combustión lenta de las células y el envejecimiento. Por eso es importante una dieta rica en antioxidantes.
Se recomienda el consumo de fresas, arándanos, frambuesas y moras, ricas en antocianinas. Las verduras de hijas verdes - guisantes o espinacas-, los tomates y las zanahorias también combaten el dolor crónico.
LOS ALIMENTOS PROBIÓTICOS.
Estos alimentos incluyen el yogur natural - el yogur griego es más graso pero aceptable en esta dieta-, el kéfir y el yogur - berza fermentada- pueden ayudar a regular el dolor a través del sistema inmunológico y el microbioma intestinal.
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