viernes, 14 de octubre de 2016

Captain Fantastic. Cómo educar a nuestros hijos.

Ben vive en los bosques del Noroeste de los Estados Unidos con sus seis hijos. Al principio parecen unos de esos supervivencialistas que se preparan constantemente para la debacle de la sociedad establecida. Ya sabe; eso que nunca llega por mucho que ellos lo deseen y pronostiquen.
Vemos a los niños haciendo unos ejercicios físicos más propios de los marines, descuartizando ciervos, luchando cuerpo a cuerpo (¿), etc. Luego los vemos comentando los Hermanos Karamazov de Dovstoievsky, Armas, Gérmenes y Acero, de Jared Dyamond, y obras de física cuántica avanzada.
La primera pregunta que puedes hacerte y que la película no desvela es quién era realmente Ben en el mundo civilizado. Al principio piensas en un ex soldado o un antiguo guardia forestal, por los conocimientos que tiene de Educación Física y de cómo moverse en la naturaleza. Pero los concimientos que ha inculcado a sus hijos de todo ya me descolocan. Parece un personaje del Renacimiento.
Luego vemos que es un chiflado peligroso que cree que lo que ofrece a sus hijos es lo mejor y lo único, que las otras opciones los volverán débiles y decadentes. Cuando su hijo de 13 años Reyllan se rompe una mano escalando él no mueve un dedo. Piensa: "El dolor es un construto. Si le obligo a pensar así se volverá autosuficiennte".
Cuando su mujer Leslie muera en el hospital a causa de las consecuencias colaterales de una mania bipolar no tratada ni con medicación ni con nada, vemos que su mundo se tambalea. Su suegro Jack dice que no quiere a su yerno en el entierro en Texas. Pero Ben amaba a su mujer, ama a sus hijos, y quiere respetar las últimas voluntades de Leslie.
La película es una road movie donde el perfecto mundo de filosofía de izquierdas y utarquía social de Ben (interpretado por Viggo Mortensen) se desploma. Sus hijos demuestran ser superiores culturalmente a los de su cuñada Harper, que tampoco es una buena educadora precisamente, pero no tienen las habilidades sociales necesarias para sobrevivir allá fuera, en el mundo real. Ben no los ha sociabilizado. Un error muy grave en un educador.
Es la consciencia que toman los niños de lo que les falta, aún teniendo mucho más de lo que la sociedad convencional podría ofrecerles, lo que les hace dudar y rebelarse. y ahí está el hecho de que Ryllance sabe que su madre estaría viva de no ser por esa educación. El propio Ben se descubre a sí mismo como un radical que pone a sus hijos en peligro, como cuando anima a su hija Vespyer a trepar por un tejado con "traumáticos" resultados.

Para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=W33xpRnkGeA 

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