El nombre de esta cinta de cine fantástico proviene del color del suelo de linoleo que los presos del corredor de la muerte de un correccional durante la Gran Depresión tienen que recorrer antes de su encuentro final con la silla eléctrica.
Paul Edgecomb, un celador de prisiones de mediana edad, tiene que comandar un grupo de cinco hombres a cargo del pabellón carcelario. Un día llega el recluso John Coffey, un enorme preso de color bonachón y con miedo a la oscuridad, acusado de haber asesinado y violado a dos niñas. Estamos en 1935 en el Sur de los Estados Unidos, por lo que nadie se cuestiona que él sea un monstruo.
El mismo día llega al corredor de la muerte un nuevo celador:el cobarde, sádico y arrogante Percy, cuya mayor satisfacción es maltratar psicológicamente a los presos, quizá influenciado por las novelas baratas que lee. Pronto se gana la animadversión de los otros guardianes.
Una serie de sucesos extraños, entre los que figuran la curación milagrosa por imposición de manos de una infección urinaria por parte de Coffey, así como la resurrección del ratón Mr Jiggles, mascota del recluso criollo Delacroix, indican que Coffey no es un preso coriente sino mucho más, y que quizá no haya cometido los crímenes e los que se le acusa.
Pero el hostigamiento de Percy hacia los presos así como los problemas con Wild Bill Wharton, un sádico al que no le cuesta nada causar en el corredor de la muerte los mismos problemas que causaba en el exterior a pesar de los numerosos correctivos por parte del equipo de Edgecomb, llevarán a un inesperado y sorprendente final.
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