martes, 9 de marzo de 2010

El pueblo cosaco.


"Son de una estirpe robusta, guapos, vivaces, trabajadores, sumisos a la autoridad, amables, hospitalarios (...), infatigables e inteligentes"


Augustt Von Haxhauen


Novocherkassk, en las estepas del sur de Rusia. 3000 hombres permaneces en posición de firmes, mientras un viejo atamán iza una bandera con un antiguo símbolo cosaco de desafío: un venado todavía en pie mientras ignora la flecha que le atraviesa el lomo. "Heridos pero no conquistados", dicen las letras cirílicas de la parte inferior del estándarte.

Los hombres visten el uniforme de campaña tradicional de los cosacos del río Don: guerrera de color verde oliva y pantalón con franjas roja en la pernera. Uno a uno se adelantan y saludan a la bandera.



No se sabe muy bien como surgió esta casta de guerreros de las estepas rusas. Las primeras referencias los sitúan en Ucrania y Crimea durante el siglo XV. Los principados rusos acababan de expulsar de la Madrecita Patria a los mongoles tras ganar la batalla de Kulikovo (1388), pero la identidad nacional estaba demasiada diluida como para que otros pueblos no desearan expresarse militar y culturalmente en esos territorios. Para luchar contra polacos y otomanos los gobernantes echaron mano de un grupo de mercenarios y ocasionales bandidos que ahuyaban de placer ante la perspectiva de una buena pelea campal.

A muchos cosacos les gusta decir que son los descendientes directos de los antiguos escitas, un pueblo de pastores y guerreros citados por Heródoto, emigrados desde Asia Central en el siglo VII a de C. Algunos historiadores, por el contrario, se inclinan a pensar que los valientes mercenarios del siglo XV no eran otra cosa que personas que habían luchado y convivido con los mongoles antes de Kulikovo, y que se hallaban desorientados tras su marcha.

La lingüistica viene en auxilio de esta teoría, puesto que muchos de los términos que se asocian a los cosacos son de origen mongol (o tártaro, que es lo mismo). Atamán es el jefe militar de una comunidad. Stanitsa, es la propia comunidad. La palabra rusa para decir cosaco, kazak, también es de origen tártaro.

Muchos de los eslavos que se unían a los cosacos en los siglos XVI y XVII no eran mas que siervos fugados rusos y ucranianos. Otras personas se integraban en las stanitsa por razones religiosas. Los popes ortodoxos los habían expulsado por considerarlos cismáticos y doctrinalmente conflictivos.

En 1670 Pedro I el Grande, llamado así por su estatura, conocido por sus accesos de furia, decide poner un poco de orden y reducir a la servidumbre a los siervos fugados. Un atamán cosaco llamado Kondrati Bulavin responde al desafío y unir, por primera vez, a todas las stanitsas contra el zar. Sólo consigue morir en combate.

"Algunos meses después, cuando Pedro I llegó a Cherkass, llevaba consigo la cabeza de Bulabin conservada en alcohol y la puso sobre una estaca en la plaza", dice el historiador Mikail Astapenko. Después, el zar se lavó las manos, anunció a los cosacos que en adelante serían soldados de la Madrecita Rusia, y comocó las primeras piedras de la catedral. Fue un bonito gesto de conciliación.

En Ucrania, los cosacos también intentaron mantener su estilo de vida libre de interferencias. Derrotaron por dos veces al ejército polaco en 1648. Lo celebraron organizando una masacre con los terratenientes y los judíos, vistos como opresores por ellos. El atamás cosaco Bogdán Jmieltnistki gobernó por un breve tiempo un estado autónomo. Cuando se alió con Rusia, su territorio fue anexionado.

Aunque hay relatos que hablan de mujeres luchando al lado de sus maridos y sus hermanos, el papel de ellas es pasivo en las stanitsas. Cuidan de las propiedades mientras sus hombres guerrean lejos.

Durante la fallida invasión francesa de 1813 Napoleón tuvo la ocasión de decir, como elogio, a un soldado cosaco de caballería cosaco:"Dadme 20.000 soldados como tú, y conquistaré el mundo". El cosaco respondió:"Traiga 20.000 mujeres francesas, y dentro de 30 años, su gloria será una mala pesadilla".

Stalin ejerció una represión sobre los cosacos, porque estaba decidido a erradicarlos. Habían apoyado a los dos bandos de la guerra civil entre rojos y blancos. Cambiaban de bando con frecuencia durante la Revolución Rusa. Dos millones de hombres fueron asesinados, encarcelados o desterrados a Siberia por Stalin. Esos mismos hombres lucharon contra los alemanes y jugaron un papel decisivo en las batallas de Stalingrado y Berlín. A pesar de que algunos ucranianos apoyaron a las tropas nazis en los primeros compases de la invasión, como respuesta al terror stalinista contra las stanitse de los años 1920 a 1939.

En 1998, caida la Unión Sovietica podía verse a los soldados cosacos asistir clo los knut, los látigos tradicionales, asistir a los ritos ortodoxos de Pascua y castigar con este objeto a los acapadores de alimentos.

Los propios cosacos castigas con latigazos a sus infractores. Borrachera pública: 5 latigazos. Pegar a la esposa: 5 latigazos. Robar fondos de la comunidad: 10 latigazos.

Se infunde mentalidad militar ya desde la infancia: a los niños de 40 días se les ata un sable de madera en la cintura.

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