sábado, 29 de mayo de 2010

Una leyenda vikinga.


El poema islandés Rígsbula (La leyenda de Rig) nos da una explicación mítica para el orden social de los vikingos. Heindal era hijo de Odín y de nueve mujeres gigantescas. Este dios tenía la amena constumbre de disfrazarse de mortal para hacerse una idea de cómo era nuestro mundo, el Midgard, y, de paso, poder engendrar hijos por aquí.


Se hizo pasar en una ocasión por un viajero llamado Rig. Primero se encontró con una miserable cabaña donde vivian Ai y Edda; le ofrecieron una hogaza de pan basto y un caldo de ternera. Nueve meses despuñes Edda dio a luz un hijo de piel oscura y feo rostro al que se bautizó como Trael, Esclavo.


Rig siguió su camino y llegó a una granja donde vivían Afi y Amma; nueve meses después Amma dio a luz a Karl, un niño de mejillas sonrosadas. Karl significa Hombre Libre.


Rir sigue su camino y visita el palacio de Fadir y Modir. Allí se le ofrece en bandejas de oro carne de cerdo, aves asadas y pan de trigo. Rig bebe vino en copas artesanales de oro. Decide quedarse allí tres noches. Al cabo de nueve meses Modir da a luz a un niño de cabellos rubios, piel blanca, dedos finos y mirada penetranta llamado Jarl, Aristócrata.


Esta leyenda da respuesta a la pregunta que se hacían los antiguos escandinavos acerca de dónde procedían las distintas clases sociales de su mundo.

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