viernes, 20 de julio de 2012

La piqueta islamista hace temblar Tombuctú.

Las caravanas de la sal vienen del norte;
El río viene por el sur;
Pero la sabiduría vive en Tombuctú.

Proverbio Amazigh.

Ni el Patrimonio musulmán se salva de las manos de los "redentores" islamistas. La Corte Penal Internacional ha informado de que grupos de fanáticos han destruido 16 mausoleos construidos con la tierra de la ciudad de Tombuctú, y abrieron la puerta de Sidi Yahya Bahay. .LLevaba más de 600 años cerrada, al entender los vecinos del lugar que su apertura precedería a la llegada del fin del mundo.
Las tropas norteamericanas destacadas en el lugar aseguran que hay activistas de Al- Qaeda en la "Tierra de los 333 santos". Se dedican a secuestrar a los visitantes y pedir rescate por ellos. Los nombrados dicen que la ONU no es nadie para recriminarles nada y que actuan "por la voluntad de Dios". Por lo visto, la voluntad de Alá es destruir sus santuarios.
La ciudad maliense cuenta con los santuarios de Sidi Mahmud, Sidi Moctar y Alpha Moya, destruidos por milicianos de Al Qaeda, junto con otros cuatro, incluido el de Sheij- El- Kebir, situado el el cementerio de la mezquita de Djegareyber, que por cierto, fue levantada por un renegado andalusí en el siglo XV.
Tombuctú fue fundada entre los siglos XI y XII, según las crónicas, por tribus tauregs. Con el tiempo se convirtió en un remanso intelectual. Los eruditos viajaban a lomos de camello por los peores tramos del Sáhara para poder estudiar en esa ciudad. Consigo se llevaron los más hermosos tratados de medicina, astronomía, códigos legales, y matemáticas. Las palabras de Aristóteles se recitaban bajo la sombra de las palmeras de Tombuctú en una época en que los monjes cristianos sólo disponían de una Biblia como única lectura en muchos lugares.
Todavía se recuerdan en esta ciudad con cariño el legado de los arma, unos renegados españoles que con sus cañones y bajo la dirección de Yuder Pachá Masayna doblegaron a finales del siglo XVI a las tribus sonray de sur. A Yuder Pachá lo llamaban Masayna porque gritaba "Mas ayna, más ayna" cuando sus hombres colocaban las piezas de artillería en posición. A los malienses les chocaba esta expresión castellana.
El gobierno de Bamako, la capital de Mali, asegura haber perdido el control de la ciudad a manos de los islamistas en marzo. Esperemos que entren en razón, opinen de nosotros lo que opinen, y esa gente deje de destruir el legado de sus ancestros.

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