viernes, 9 de septiembre de 2016

Steve Boggan nos introduce en la Fiebre del Oro.

Steve Boggan es un periodista británico que ha escrito un libro sobre la fiebre del oro actual: "Fiebre del oro: Las aventuras de un hombre en la ruta de la fiebre del oro".

¿Qué te llamó la atención sobre ste fenómeno, aparentemente anacrónico, en pleno siglo XXI?

"En 2008 hubo recesión a escala mundial. Los periódicos provocaron una mini fiebre del oro cuando sus páginas de economía informaron de que la onza de oro se pagaba a 1000 dólares por primera vez. Muchos desempleados cogieron un piso, una batea y una pala y se fueron a las montañas de California a probar fortuna.
La mayoría de ellos no van a encontrar nada, y además lo saben. Pero les alimenta la ilusión de que por lo menos tienen un sueño por el que luchar."

Tú mismo te convertirste en un buscador de oro en el río Bear, ¿verdad?

"Sí; lo hice para estar cerca de estos buscadores del siglo XXI. El río Bear está cerca de la ciudad de Colfax, a los pies de la Cordillera de Sierra Nevada. Es un río de aguas límpias, rodeado de frondosos pinos Ponderosa.
Es un lugar donde no vas a salir de pobre porque está muy poblado. Pero a los buscadores les da igual, porque en ocasiones no se trata de eso. Creía que los buscadores de oro eran muy solitarios y competitivos, pero no. Les gusta saber los unos de los otros y ayudarse.
En los primeros días de la investigación para mi libro me ayudó mucho un tipo llamado "River Bear Gary", un veterano con mucha paciencia para explicar las cosas y muy generosos con su tiempo."

Los buscadores de oro de 1849 eran una comunidad violenta y salvaje. Pero tú dices que los buscadores de 2015 no son así para nada.

"!Oh! Estamos en una época terriblemente civilizada. Alguna gente busca oro en su tiempo libre, sin ánimo de encontrar nada. Vienen el viernes por la tarde y se van el domingo. Alguna gente quiere arreglárselas en solitario y se van a lugares salvajes en la frontera de California con Oregón para buscar oro. Pero lo que quieren es verse libres de la sociedad organizada y de las multitudes."

¿Qué inspira a estos últimos a convertirse en buscadores de oro?

"Depende. Algunos han perdido el empleo, pero no siento lástima por ellos, porque no significa que con esta ocupación lo estén pasando mal, o no tenga sus satisfacciones. Me encontré con un tipo que había sido marine. Cuando se licenció abrió una carpintería, negocio que tuvo que dejar cuando los oncólogos le dijeron que tenía cáncer de estómago.
Sobrevive sin un centavo, como otros veteranos metidos en la búsqueda de oro, cazando y pescando, haciendo trueques y aplicando lo que aprendieron en el ejército. Encuentran oro por valor de 300 a 500 dólares a la semana, y a ellos les viene perfectamente. Están donde quieren estar."

Pero, ¿queda oro en California después de lo de 1849? Los geologos dicen que el 80 por ciento del oro californiano está enterrado.

"En 2014 un buscador encontró una pepita de oro en el condado de Butte de cinco libras. Así que algo queda."

¿Hay algún personaje historico de la primera fiebre del oro californiana (1849) que admires?

"Sam Brenan. A los 29 años era propietario del Californian Star, un periódico. También era un mormón, que como todos los mormones, había llegado al Oeste huyendo de las persecuciones. Regentaba una tienda cerca de un lugar llamado Fort Sutter, que fue la primera gran población urbana en la ruta de San Francisco. Allí se encontraron las primeras pepitas de oro.
Cuando a Brenan le trajeron un bote lleno de pepitas a cambio de alimentos y equipo, preguntó de dónde venía todo ese oro. Le contestaron que de un lugar llamado Coloma.
Entonces él llevó el bote de oro a San Francisco y corrió por las calles gritando. !Oro!!Oro, de los ríos de América!" Naturalmente, todos corrieron a su tienda a comprar equipo y provisiones. De este modo se convirtió en el primer millonario de América."

Escribes "LA FIEBRE DEL ORO... DIÓ UN ATISBO A LOS ESTADOS UNIDOS DE LO QUE PODRÍAN SER COMO NACIÓN".

"El este era demasiado europeo, con sus clases sociales, pero en el Oeste todavía había una oportunidad de construir un estado a tu medida. Las ciudades se construian de la noche a la mañana. Los jueces arbitraban las disputas en el tejado de los graneros. Era como crear un Estado sin tener la menor idea de qué es un Estado, y sin querer, en el fondo, tenerla."

¿Quién se hizo rico en 1849? Parece ser que los mineros, no.

"Los aprovisionadores que les vendían equipos, comida y diversiones. Como Sam Brenan. El emporio Levy Strauss empezó con un tendero judío que vendió a los buscadores ropa de lona con la que tirarse al suelo. Hanry Wells, y William Fargo los trasladaban a los placeres o a las ciudades como San Francisco en sus diligencias. Los mineros regresaron a sus casas tan pobres como vinieron a California."

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