domingo, 18 de junio de 2017

Nelson Mandela.

Rivonia, Sudáfrica; 1964. Un juzgado abarrotado de público y periodistas guarda unos instantes de solencio. Un hombre negro, de mediana edad, vestido con un traje, acaba de pronunciar su alegato final: es Nelson Rolihlala Mandela, dirigente del Consejo Nacional Africano (ACN). El fiscal cambia las condenas a la pena capital por cinco condenas a cadena perpetua. Los acusados pagarán por una serie de sabotajes en los que no corrió la sangre. El fiscal reconoce a regañadientes que al Consejo Nacional Africano las reacciones violentas por parte dela policía y las autoridades no le han dejado otra salida que la campaña de sabotajes.
Al día siguiente el periódico británico Times escribe un editorial:"La sentencia de la Historia será que el verdadero culpable es el Gobierno y este ya es el veredicto de la opinión pública mundial". Nelson Mandela sería excarcelado en 1990 a causa de su estado de salud, por miedo de las autoridades blancas de que se endurecieron las sanciones que les habían excluido de la Commomwealth y abocado a embargos comerciales.
Mandela había dejado sus raíces africanas en 1934 para ir a la Universidad,donde conoció a varios de sus futuros compañeros de lucha política y vivió sus primeras huelgas. Luego retorno a su tierra, pero solo para rechazar el papel dentro del clan y el matrimonio que le habían reservado.
En esa época se afilió al Congreso Nacional Africano, que en palabras de Alfred Bosch "había sido poco más que una tertulia hasta esa época: profesionales liberales partidarios de la defensa pasiva - por influencia de Gandhi- para conseguir los derechos civiles y nacionalistas autóctonos, más interesados en la salvaguarda del folclore que en combatir por los derechos de los presos". Pero a finales de los años 40 se concretaron las demandas del ANC: derecho a la ciudadanía,al sufragio universal, a la compra y posesión de tierras... A cada nueva demanda el Gobierno blanco replica con cargas policiales  detenciones masivas. El ANC mantuvo su defensa de la resistencia pasiva, incluso en 1960, durante una carga con munición real de la policía blanca ante la quema de pases para poder trabajar y permanecer en las zonas blancas de Sudáfrica.
En 1958 Mandela se casa con Winnie, una activista. La capacidad del abogado negro para disfrazarse, a pesar de ser reconocible por su estatura alta, le proporcionaron el sobrenombre de la Pimpinela Negra. En 1960 el ACN fue ilegalizado bajo la excusa de ser una organización comunista pagada por Moscú, lo que era falso.
Después de la matanza de Shaperville Mandela decidió que era la hora de dejar de mostrar la otra mejilla y fundo el Unkhonto (la Lanza de la Nación), que proponía una lucha armada selectiva y el sabotaje de instalaciones vitales para el Gobierno blanco afrikaner. Sus actuaciones apenas pasaron de las 200 en cuatro años y no causaron daños físicos irreversibles a ninguna persona blanca.
En la prisión de Robben Island, Mandela pasó 27 años haciendo trabajos forzados, lo que no le quitaron el tiempo y las energías para escribir poesía y dirigir desde la cárcel el Congreso Nacional Africano, a través de Winnie. La esposa de Mandela sólo podía verle media hora cada 15 días tras recorres 1400 kilómetros de ida y otros tanto de vuelta, con el desbarajuste que suponía para la familia, que incluía también dos hijas.
En los años 80, el régimen de Pretoria estaba aislado. Las últimas colonias importantes, Angola y Mozambique, se habían independizado. Pero Mandela era recordado por los europeos y los norteamericanos y homenajeado. Cuando contrajo la tuberculosis, las autoridades policiales decidieron que no podrían hacer frente a las consecuencias - boicot al oro y los diamantes sudafricanos; sanciones económicas - así que decidieron excarcelarle. El 11 de febrero de 1980 fue puesto en libertad y las cosas empezaron a cambiar en Sudáfrica.
En 1992 se abolieron las leyes del Apartheid, y en mayo de 1994 Mandela ganó las elecciones. Se trató de un único mandato, porque todavía estaba enfermo.

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