domingo, 27 de agosto de 2017

Edgar Hoover y el FBI.

 Vigiló obsesivamente a Kennedy y Luther King. Pero se resistió a investigar la Mafia. Edgar Hoover, director del FBI durante 44 años, tenía algo que ocultar una amistad peligrosa marcó la organización.

"Un camaleón. Podía ser muy atractivo, pero era un manipulador nato. Se metía a la gente en el bolsillo", así es como define el actual director del Bureau a su antecesor Hoover. Añade: "Era un individuo con una inteligencia muy particular, astuto y sin escrúpulos. Nunca leyó un libro suceptible de ampliar sus miras o su pensamiento. Y lo miso sucedía con Clyde Tolson. Ambos vivían en su pequeño, extraño, propio mundo".
Clyde Tolson no solo era el asistente de Hoover. Algunas malas lenguas afirman que se trataba de su pareja homosexual, a pesar de que el FBI reprimió todo cuanto pudo a los gays. La gente pudo comprobar que Hover y Tolson eran inseparables. Acudían a cenar una noche por semana juntos, se iban los fines de semana al hipódromo, y se iban de vacaciones juntos. Truman Capote, otro reconocido gay de Hollywood, los llamaba Bonnie and Clyde, pero con la boca pequeña, por si acaso... Los que lo conocieron afirman que Hoover era incapaz de una relación sexual, no digamos de un affaire amoroso con otro hombre. Tenía, dicen, dos pasiones: el FBI y el poder que conseguía como director del mismo.
Tolson fue rechazado en en la primera intentona de entrar en el FBI. Durante la segunda su foto llegço a manos del adjunto del director del Bureau, Hoover, y se le abrieron las puertas del castillo. Cuando Hoover fue nombrado director, Tolson fue ascendido a adjunto.
De hecho, cuando Hoover murió en 1972, Tolson se encerró en su casa e hizo una vida apartada del mundo. Sólo emergía al exterior para llevarle flores a su amigo, hasta su propia muerte en 1975.
Como criminólogo, Hoover es uno de los mejores directores de una Agencia de Seguridad del siglo XX. Creó el FBI Laboratory, donde los forenses peinan la literatura científica en busca de técnicas que permitan la identificación y el castigo de los criminales. Tendió  una emboscada a John Dillinger, cuando salía del cine con unos amigos. Dillinger era una especie de Robin Hood que asaltaba bancos durante la Gran Depresión. Robaba a pobres sus ahorros y les obligaba a contraer deudas para aliviar los males de otros pobres.
También Hoover fue el mejor relaciones públicas que tuvo el FBI. Heredó una agencia con 12 agentes que hostigaban la trata de blancas y la transformó en uno de los pilares de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, con 5.500 hombres con traje y corbata. Encargó guiones a Hollywood sobre los éxitos de sus hombres. Todos los niños de la década de 1950 querían ser G-Man, o sea hombres del FBI.
En el lado negativo, Hoover y Tolson no siempre se sometían a los valores que obligaban a abrazar a sus hombres. En uno de los restaurantes que almorzaban nunca pagaban. Sólo daban una propina cuantiosa. Cuando tras una reforma el local cambió de manos, el nuevo propietario les pasó la cuenta a la primera ocasión. Ni Hoover ni Tolson se rascaron el bolsillo, pero dejaron de ir por ese local.
Un grupo de agentes escribió un libro sobre las actividades del Partido Comunista en los Estados Unidos llamado MAESTROS DEL ENGAÑO. Hoover estuvo cobrando los derechos de autor, como si lo hubiese redactado él mismo. En otra ocasión una organización sin ánimo de lucro fundada por él mismo le dio un premio de 5000 dólares.
Otra de las caracteristicas de Hoover es el pánico que despertaba entre todos sus subordinados. En una ocasión, tras una reunión de agentes de alto rango en Washington, comentó:"Hay un auténtico mentecato en el distrito de Columbia. Estorba. Quítenlo de en medio. ¿Reunieron el valor los agentes para preguntar a Hoover a quién se refería? No. Buscaron a un supervisor del distrito de Columbia hastiado que aceptó ser trasladado de puesto. En otra ocasión, los agentes midieron sus sombreros para identificar a un cabeza de mosquito, mencionado de pasada por Hoover, por el que tampoco se habían atrevido a preguntar.
Tras un viaje en que la limusina de Hoover chocó frontalmente contra un coche, éste exigió a sus guardaespaldas y su chófer que sus trayectos fueran planificados de manera que jamás hubiese que torcer a la izquierda, maniobra que le había costado un desperfecto en un vehículo del Bureau.
¿Cómo se mantuvo 44 años al frente del FBI? Mediante la coacción. Si un congresista decía que había que despedir agentes del Bureau, o recortar el presupuesto, Hoover le mandaba una carta donde le comunicaba que en el curso de una investigación, que nada tenía que ver con él, Dios no lo quisiera, había aparecido una evidencia de una relación extramatrimonial, la aceptación de un soborno o una desviación sexual perseguible. Le gustaba decir que tenía datos sobre las supuestas perversiones sexuales de Luther King para no perseguir en el Sur al Klu Klux Klan, hasta que el presidente Lyndon Johson le ordenó meterse de lleno en ese avispero. Perseguió a artistas como Marilyn Monroe y Frank Sinatra - a este último con razón, dadas sus conexiones con el crimen organizado- e hizo la vida imposible al clan Kennedy.

Para ver:
Trailer de J. EDGARD, de Clint Eastwood, donde Leonardo Di Caprio interpreta al temido director del FBI.
https://www.youtube.com/watch?v=PLXKGFsdqnE

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