martes, 29 de agosto de 2017

El nuevo Museo Egipcio.

Egipto inaugura en 2018 un museo colosal con vistas a las pirámides que albergará cien mil piezas. Mostrará por primera vez el tesoro íntegro y restaurado de los faraones.

4000 obreros trabajan bajo el duro sol del desierto egipcio para levantar el GEM (Grand Epypcian Museum). Será un edificio de líneas puras, sin ningún ángulo recto, con paredes decoradas con motivos triangulares, finos como un encaje.
El promotor de este esfuerzo es Farouk Hosni, ministro de cultura de la época de Mubarak, cuando todavía no había sucedido la Primavera Árabe. Todo comenzó con las burlas de un conservador de museo durante una visita de Hosmi a París, donde le recalcó que el Museo de El Cairo, situado en la Plaza Tahrir se había convertido en un depósito de antigüedades dejado atrás por los nuevos planteamientos museísticos. "De vuelta en mi país, en 1992, decidí construir otro Museo, más moderno, cerca delas pirámides. Convoqué un concurso de proyectos de Arquitectura, donde se presentaron los planos de 1557 propuestas de 83 países. Ganó la del arquitecto neoyorquino de origen chino radicado en Dublín Shing-Fu Feng. Él propuso una nave 50 metros más baja que las pirámides pero con ventanales desde los que pidieran verse las de Kefrén, Keops, y Micerinos". El nuevo palacio de los faraones medirá 500 metros de largo,  y tendrá forma de flecha dirigida hacia las pirámides.
Dentro se almacenarán 100.000 piezas arqueológicas, de las cuales se exhibirán 50.000, 30.000 nunca mostradas al público antes. Se exhibirá en varias salas dedicadas a él la totalidad del ajuar funerario de Tutankamón, el faraón niño de la XVIII Dinastía.
Por el momento, desde la colocación de la primera piedra en 2002, las obras se han tenido que enfrentan a un recorte brutal de los presupuestos, a la Revolución Egipcia que provocó la caida de Mubarak, a la huida de los turistas a destinos menos conflictivos y alejados de los radicales de los Hermanos Musulmanes, etc...La Historia es una mujer cruel que arranca a los hombres de sus sueños.
El edificio administrativo y el que protege 5 almacenes y 17 laboratorios están terminados. Allí se restaurarán todas las piezas de museo que se encuentren en Egipto. Por un lado están los objetos "orgánicos" hechos de materiales vegetales como los papiros y las telas, así como los animales, como las sandalias de cuero y las propias momias. Luego está el almacén de los objetos "inorgánicos" como las piezas de mármol, granito, loza y cristal.
En los almacenes de restauración se arreglan unas sandalias que han pasado demasiado tiempo almacenadas en los sótanos del edificio de la Plaza Tahrir, deshilachadas. Tras un paciente trabajo, este conjunto de fibras vegetales, cuero y loza se convierten en unas chinelas que harían aullar de entusiasmo al mismísimo modisto Manolo Blahnick. Unos restauradores colocan en su sitio las 300 piezas desordenadas de los muslos de una esfinge de mármol, como si de un enorme juego de Lego se tratase. Un metalúrgico pone a punto una armadura que perteneció al faraón Ramsés II. Con una solución química especial reluce como si el faraón más longevo de Egipto fuera a reclamarla para cargar una vez más contra los  hititas en Kadesh.
De Tutankamón se exhibirán los bumeranes de caza de aves, los bastones para caminar, los fetos de sus malogradas hijas, sus paletas de escritura....

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