La película cuenta como los dos hermanos Eleiztegui, Martín y Miguel Joaquín, caseros de Altzo (Guipuzkoa) se separan al ser reclutado a la fuerza Martin, el mayor, para la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Vuelve a casa con nuevas inquietudes y un brazo inutilizado por una bayoneta isabelina.
En 1840 su hermano Miguel Joaquín ha sufrido un ataque de acromegalia, una enfermedad del sistema endocrino que le hace crecer y crecer. Los apuros económicos de su padre, el titular del mayorazgo, para hacer frente a la hipoteca del caserío, le llevan a escuchar las ofertas de un especialista en fenómenos de feria, Jose Antonio Arzadun, natural de Lekumberri, en Navarra. A cambio de ser exhibido en Bilbao y Madrid a Miguel Joaquín se le permitiría escuchar misa todos los días, no se le subiría a un barco sin su consentimiento y se le proporcionaría todo el tabaco que desease. El contrato se conserva en Altzo desde 1843.
En la película vemos a Miguel Joaquín intentar mantener una relación sexual con Esther, una mujer gigante inglesa que le llega a la barbilla. No lo logra porque aún así, su pene es más grande que la vagina de Esther. Solo que en la realidad no sucedió. Arzadun le propuso que se casase con Esther. A él le pareció una impertinencia y se negó.
El público no se cansó de los espectáculos con gigantes. Fue el patriarca de los Eleiztegui quien juzgo que Jose Antonio Arzadun había roto el contrato al no permitir a su hijo escuchar misa en dos ocasiones.
Martín no vendió la ropa y los utensilios de su hermano, como se ve en la película. Muchos de estos objetos se conservan en el museo San Telmo de San Sebastián, como sus guantes, sus zapatos de la talla 63 y su chistera. El cadáver si desapareció de forma misteriosa.
Martín no intentó seguir exhibiendo a Miguel Joaquin por su cuenta. El gigante de Altzo se reincorporó a las actividades del caserío e incluso se ganaba la vida reparando aperos de labranza hasta su muerte en 1861.
PARA VER:
Gracias por la aclaración; en verdad pense1 que sí. Al final se habían aprovechado de la desgracia de Miguel Joaquín
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