Parece ser que Arturo Pérez Reverte y Agustín Díaz Yanes son amigos, o que al menos comparten la misma visión de lo que fue el pasado de España. Si alguna saga de novelas reune todas las virtudes del español del Siglo de Oro - o de cualquier época- esa es Alatriste.
1624. Diego Alatriste y Tenorio ( interpretado por Viggo Mortensen) es un tercio de Flandes. Vive amancebado con Caridad La Lebrijana, que le da alojamiento y algún desahogo sexual que otro, aunque en las novelas no se hable expresamente de ello. Recibe el encargo de educar como buen cristiano a Iñigo de Balboa (Unax Ugalde), hijo de otro tercio vizcaíno, caído en Flandes, y apartarlo si es posible, de los disgustos de la vida de soldado. Será en vano.
De la mano de estos personajes viviremos una conjura para matar al Duque de Buckingham y evitar de este modo la celebración de un matrimonio de Estado con el Príncipe de Gales. Esponsales que de hecho no se celebraron.
Alatriste tiene que malvender sus habilidades como espadachín al secretario real Alquézar. No le queda otra si quiere comer dos veces al día, y aún así con frugalidad, en la decadente España de los Austrias Menores. Tiene que matar a dos viajeros ingleses que se van a hospedar en la Casa de las Siete Chimeneas, la embajada inglesa en el siglo XVII.
A Alatriste lo acompaña un matasiete italiano llamado Gualterio Malatesta (Enrico Lo Verso). La misión cuenta con la aprobación de la Inquisición. Por lo menos del padre Bocanegra, que es inquisidor. Cuando uno de los aspirantes a cadáveres pide cuartel para su compañero, pero no para sí mismo, Alatriste sospecha que no se trata de dos infelices y suspende el ataque, con lo que se gana poderosos enemigos.
Como militar lo veremos luchar en esa verdadera guerra de trincheras sin solución que fue Flandes. Estará presente en la Rendición de Breda en 1625.
En la obra aparece Quevedo, diplomático especialista en intrigas italianas y amigo de Alatriste. Se menciona su rivalidad con Góngora, por la que están a punto de salir a relucir las espadas roperas en una disputa por unos versos con dos desconocidos. "Demasiado acero es ese para esta mañana, don Francisco", pone paz Alatriste.
En el terreno amoroso, el joven Iñigo se enamorará de Angélica de Alquézar que tan pronto lo ama como quiere matarle. En una ocasión, tras hacer el amor le dice, como si fuera la cosa más natural para los dos: "Me alegro de no haberte matado todavía". Es Angélica la que se casa con el Duque de Guadalmedina, protector de Alatriste, para poder sacar al hombre que sí amó de una forma ciiertamente libre, de la pena de galeras.
Los enemigos lo son hasta cierto punto. Gualterio Malatesta, que ha hecho todo lo posible por destruír a Alatriste, le envía a su mucama para que haga labores domésticas como parte de su testamento. No era personal, amigo Alatriste. Es esta España. Es lo que tenemos que hacer por ella, etc, etc... Las mismas razones de clase social y de miedo a la ruptura con lo que exige el Imperio Español son las que obligan a Angélica de Alquézar a renunciar a su proyecto de escapar con íñigo Balboa, un hidalgo pobre.
El propio Alatriste tendrá que provocar y matar a su amigo, el maestre de corchetes Saldaña, cuando este le prohíba sus relaciones amorosas con María de Castro (Ariadna Gil), que es ahora el desahogo sexual temporal del rey Felipe IV. Esta España, que nos da gloria a veces, y que nos hace tanto daño las más... María de Castro es actriz de corral de comedias. Aunque nunca se nombra a Lope de Vega en la película, María de Castro interpreta EL PERRO DEL HORTELANO, una obra de Lope en un corral de comedias de Madrid. Morira de sífilis en una casa de caridad, velada por Alatriste. Todo fruto de sus amores con los poderosos. Esa magnifica y terrible España, que tanto exige y que tan poco devuelve....
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