martes, 6 de marzo de 2018

Guerras estúpidas.

Ir a la guerra colectivamente, a menos que se trate de un asunto defensivo, o agredir a alguien individualmente para obtener una ventaja, a menos que se trate de un asunto de supervivencia, es de una suma majadería. Pero aquí traigo una lista de conflictos bélicos iniciados por motivos banales y chorras a más no poder.

LA GUERRA DEL CUBO. (1325)

Ese año las ciudades estado de Bolonia y Módena se enfrentaron en el campo de batalla por la sustracción de un simple y estúpido cubo de un pozo-

Los balañeses eran güelfos, es decir, partidarios del Papa. Los modeneses eran gibelinos, es decir, partidarios del Sacro Imperio Romano Germánico. Las ciudades estaban separadas por 44 kilómetros, por lo que era muy fácil que se enzarzaran. En una de las incursiones por motivos políticos un grupo de soldados modeneses se internó en Bolonia y mató a algunos lugareños. De paso robaron el cubo de un pozo de la plaza principal.

¿Enterraron a sus muertos y repusieron un cubo nuevo los boloñeses? !Ojalá! Prefirieron reunir un ejército de 32.000 hombres que se enfrentaron a 7.000 modeneses en la batalla de Zappolino, cuando Módena se negó a devolver el cubo. Murieron 2.000 personas por algo totalmente banal, salvo la sed de sangre enemiga que cada cual tuviese ese día.

Módena se alzó victoriosa y no devolvió el cubo robado. Hoy los turistas pueden ver una réplica en Torre della Ghirlandina. El auténtico se guarda en el Ayuntamiento.

BATALLA DE KARÁNSEBES. (1788)

El Imperio Austriaco, aliado de Rusia, estaba en guerra con los otomanos,. Un ejército comandado por el propio emperador, José II de Habsburgo, se encaminaba hasta la ciudad fronteriza de Karánsebes para frenar una invasión turca.

Un grupo de húsares se encontró con un grupo de gitanos que vendían aguardiente. Compraron unos cuantos barriles y empezaron a beber mientras esperaban a las unidades más rezagadas. Cuando llegó el primer destacamento de infantería, los husares ya estaban borrachos y se negaron a compartir el alcohol con los recién llegados. Empezaron a discutir y algún oficial disparó al aire para atajar la disputa. Los infantes rumanos pensaron que se acercaban los turcos y empezaron a dosparar contra todo lo que se movía. Y eso que estaban sobrios.

Los oficiales austriacos intentaban poner orden gritando: "!Halt!" (Alto, en alemán), pero los runanos, que no hablaban ese idiona, entedían "Allah", y pensaban que los turcos estaban entre ellos. Más disparos y primeros muertos.

Un nuevo grupo de caballería vio a sus compañeros formar para defenderse y sus oficiales ordenaron una carga. Un grupo de artillería vio a sus compañeros cargar y pensó que se trataba de un ataque de la caballería turca, así que descargaron los cañones de sus armones y empezaron a disparar a bulto.

La refriega duró horas y costó, según las crónicas turcas, 9.000 muertos a  los austriacos. Durante la retirada, hecha por pequeños grupos, el caballo del emperador José II tropezó y tiró a su jinete a una poza. A todo esto, el grueso del ejército turco estaba a dos días de distancia.

EL INCIDENTE DE PETRICH. (1925)

Petrich es una ciudad fronteriza en el sudoeste de Bulgaria, colindante con Macedonia, que por entonces era parte de Grecia. Los griegos habían tenido disputas diplomáticas con los búlgaros por el control de ese territorio. El 19 de octubre, un perro griego se escapó desde Grecia a Bulgaria, y su amo, un soldado heleno, salió con su uniforme a buscarlo. Los guardias fronterizos búlgaros abatieron al inféliz soldado griego.

El Gobierno de Atenas no aceptó las disculpas de Sofía. Exigieron la entrega de los responsables, así como una indemnización de dos millones de francos franceses para los padres del soldado muerto. En el plazo de 48 horas. El plazo expiró sin resultados, así que Grecia envió tropas para que ocuparan Petrich.

Ocuparon una docena de pueblecitos búlgaros pero no la ciudad que les interesaba por la resistencia de las tropas búlgaras. Se produjo medio centenar de bajas, en su mayoría civiles. La Sociedad de Naciones - precursora de la ONU- condenó a Grecia como agresora y hubo de indemnizar a Bulgaria con 45.000 libras esterlinas.

El perro no apareció.

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