jueves, 8 de marzo de 2018

La librería, de Isabel Coixet. La conjura de los mediocres.

Esta cinta está basada en una novela publicada en 1978 por Penélope Fitzgerald. La ambientación de un pequeño pueblecito de la costa sur de Inglaterra en 1959 está bien lograda. Lo que ya me chiría es que todos son extremadamente educados con todos, sobre todo con la protagonista, a la que detestan o no saben cómo clesificar dentro de sus vidas. Se puede adivinar cómo sonaría el acento inglés de las clases altas. El problema es que lo usan hasta los pescadores y las amas de casa.

1959. Florence Greene regresa al pueblecito donde se crió para abrir una librería. El problema es que en el pueblo las estructuras sociales y las tradiciones son rígidas y encorsetadas, y una de las tradiciones más arraigadas es que nadie lee. Nadia sabe qué puede hacer por uno un libro, ni los beneficios de la fantasía o el conocimiento.

La pareja principal de este pueblecito es el matrimonio formado por la señora Violet Gamart y su marido, el General. Estos se acuerdan de que tienen un local vacío en el pueblo, justo donde Florence quiere instalar su negocio, y quieren, porque el tema está de moda, instalar un centro cultural. Una casa de la Cultura donde se escuche música clásica, pero sis espacio para lo que la señora Gamart considera inapropiado para la comunidad. Son los años 50, pero una matriarca con el carisma de Violet Gamart sería más acorde con una película victoriana.

Gamart ataca el éxito de la librería con todas las armas a su alcance. Recurre a su sobrino el parlamentario para que apoye una ley de expropiación de adificios públicos. Me choca que en Inglaterra una terrateniente particular pueda manipular a su antojo la legislación. Prohíben trabajar a la única enpleada de Florence, Chistine Gipping, una niña de 12 años tan despierta como un adulto, aún cuando todos los niños del pueblo trabajan en los negocios familiares. Abren otra librería para que los beneficios de Florence disminuyan.

Lo curioso es que Florence, de la que sus escasos aliedos del pueblo, como el señor Brundish dicen que tiene coraje, no lo saca a relucir cuando podría mostrarle al pueblo que las cosas fuera de su pueblo ya no funcionan como la señora Gamart defiende. Que ni se pueden aislar, ni rechazar los libros porque les obligan a pensar y evolucionar.

PARA VER:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El caso Goldman.

  https://www.youtube.com/watch?v=SaR1rGPEE-o En 1969 hace poco más de un año que la utopía libertaria ha muerto tras el fracaso de las aspi...