lunes, 28 de mayo de 2018

EL HOMBRE QUE MATÓ A DON QUIJOTE, de Terry Gilliam.

Toby es un cínico director de anuncios comerciales que está rodando uno en España, en un pueblecito de la Mancha. El lugar le trae recuerdos porque allí intentó rodar cuando era un muchacho idealista una película sobre Don Quijote.

Hizo un montón de promesas que no pudo o no quiso cumplir, y terminó por cambiar las expectativas y dio esperanzas a los lugareños. Se encontrará con que el zapatero del pueblo se cree Don Quijote, dispuesto a cumplir punto por punto el destino del Caballero de la Triste Figura. En un contexto que va desde el siglo XVII al XXI, Toby tendrá que decidir si deja al anciano caballero cumplir con su destino o le devuelve al mundo de la realidad. Acabará haciendo de Sancho Panza en semejante fantasía.

La cinta está considerada una de las películas malditas del siglo XXI. Ha tardado más de 20 años en estrenarse y, aún así, las críticas no son buenas. Por lo que he visto en el trailer nuestro personaje de ficción más internacional merecía más, muchísimo más.

El filme se rodó en Navarra y los realizadores tuvieron problemas con los aviones militares porque esobrevolaban a cada rato el set. Luego llovió y se aruinó parte del equipo. Ahora Terry Gillyam la ha acabado, a pesar de que en el primer rodaje el actor que encarna a Don Quijote, Jean Rochefort, sufriera una hernia y muriera unos meses antes de participar en el segundo rodaje y hubiese que buscarle un sustituto.

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