lunes, 21 de mayo de 2018

Nadie conoce a nadie (1999).


"Hay que creer en cualquier cosa. Si no puedes acabar creyendo en cualquier cosa".

NADIE CONOCE A NADIE.

En 1994 un adolescente llamado Javier Rosado convenció a un amigo de partidas de rol llamado Félix Martínez para salir por ahí a apuñalar al primero que pasase hasta la muerte con la excusa de jugar a un juego de rol llamado Razas. Acabaron con la vida de un empleado de la limpieza que acababa de dejar a su amante, había cobrado la paga mensual y estaba esperando el autobús en una marquesina.

Como el gran público no sabe qué hacer con el miedo la gente empezó a temer a los jugadores de rol, incapaces de entender que todo el mundo en su infancia ha jugado a eso. No con dados y fichas, como en el rol normal, sino recreando situaciones que no estamos viviendo realmente como la de las niñas jugando a mamás y papás, que es una buena preparación para asumir los roles de las relaciones de pareja.

De repente, todos los asesinos jugaban al rol. ¿Qué era un juego de rol?¿Qué hacía esa gente realmente durante las partidas? Nadie lo sabía y eso lo hacía más siniestro.En 1999 se estrenó NADIE CONOCE A NADIE, donde se adaptó una novela de 1996 de Juan Bonilla sobre los juegos de rol. 

Simón (Eduardo Noriega) es un escritor en ciernes que malvive preparando todos los días el crucigrama de un periódico de Sevilla. Vive con Sapo (Jordi Moyá)- nunca conoceremos su nombre real-, un tipo que le gusta jugar al rol y odia toda la simbología religiosa que rodea la Semana Santa sevillana.

Un día Simón recibe el encargo, tras una misteriosa llamada trelefónica, de incluir la palabra "adversario" en un crucigrama. Eso le lleva a participar en contra de su voluntad en un juego de rol que parece una afrenta continua a los sentimientos religiosos de los sevillanos. Ataques con gas sarín en la Iglesia de la Salvación, asesinato de un sacerdote y escenificación con su cadáver como si se tratase de la Piedad de Miguel Ángel, muerte en la Plaza de toros de la Maestranza de un novillero con un estoque (?), masacre del resto de los jugadores en el Pabellón de la Snta Sede, juegos de "beatem up" con pistolas de juguete y vestidos de penitente de por medio, etc.

Y detrás de esto está Sapo y su desprecio por lo religioso y por lo autóctono sevillano. Se especula que su padre era un maltratador de género que se vestía de penitente para pegarle a él y a su madre. No sabemos si todo es obra de un chiflado atormentado o de un simple juego de quién lleva las cosas más lejos.

De hecho en la Semana Santa de 2000 hubo una estampida durante una procesión y ya no se habló del poder destructivo de los juegos del rol sino de la influencia del cine en la mente de los gamberros.

PARA VER.

https://www.youtube.com/watch?v=SVZDlVhl_U0 

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