lunes, 25 de junio de 2018

Submarino republicano C 3. Tragedia en el Mediterráneo.

1936. Un submarino republicano frente a las costas de Málaga. Un torpedo nazi. 37 víctimas, atrapadas en un cofre de acero.

El operador de radio mira el último comunicado sin llegar a creérselo. Dice: "En caso de rebeldía por parte delmando, redúzcanlo cumpliendo órdenes de la República". !Por el amor de Dios! Ellos son marinos de la Armada, y se les está dando carta para amotinarse. En realidad, en las naves de superficie de la República, muchos marineros están amotinándose, exigiando a sus oficiales que declaresn si son leales al Gobierno legítimo, y si simpatizan con los sublevados son desembarcados o lanzados al mar. Ha comenzado la Guerra Civil Española.

En el C 3 se forma una comisión insólita: un fogonero, un maquinista y un cabo electricista. Van a la camareta de oficiales con una pistola.

-¿Es usted leal a la República, mi capitán?

-¿Cómo se atreven a presentarse en mi camareta para pregúntarme eso saltándose los canales oficiales?

Los amotinados se miran entre ellos. En los submarinos, a diferencia de los portaaviones o de los acorazados, las relaciones son muy estrechas. Si uno es negligente en el trabajo pueden morir todos de una forma horrible. Asío que deciden desembarcar al oficial simpatizante de los sublevados.

Tras esto, el C 3 recibe la orden de patrullar el Cantábrico, donde no se encuentra con una nave franquista a la torpedear. Sufren una avería y la nave tiene que ser reparada en Cartagena. Hace una escala en Tánger. "Allí un agente de Franco ofrece al alférez Arbona mucho dinero por entregar la nave, pero rechaza la oferta", explica el historiador Jorge Bañón. Arbona simpatiza con los falangistas pero pesa más la lealtad a los compañeros.

Cruzan el Estrecho con los motores parados. En Cartagena, no solo el C 3 no entra en dique seco sino que un oficial ruso amenaza con el paredón a los que no quieran partir en la nave dañada hacia Málaga.

El submarino patrulla el Mar de Alborán, sin uno de los motores y otro muy tocado. A las 14:19 de la tarde del 12 de diciembre de 1936 Arbona, otro oficial y un timonel están inspeccionado el mar con unos prismáticos. El submarino no tiene electricidad ni capacidad para defenderse o sumergirse. Ven acercarse un delfín brillante. Luego resulta que es el lomo de un torpedo. Impacta en la sala de baterías. La electrolisis propoca mortales burbujas de ácido clorhídrico. 37 hombres mueren ahogados y achicharrados. 3 hombres saltan por la torreta y nadan para salvar la vida. Son rescatados y llevados a un barco hospital. Unos días más tarde el timonel Asensio Lidón es interrogado por el jefe de la flotilla de submarinos republicana. Le ordena que diga que no vio ningún torpedo, que la explosión fue fortuíta, un descuido por fumar en lugares peligrosos.

Lidón no lo sabe pero su submarino ha sido hundido por la nave sumergible alemana U 34. Hitler ha enviado en secreto - no lo sabe ni Franco- dos submarinos a hundir naves republicanas. En sus comunicaciones de radio, fingen ser mercantes. Si el Gobierno de Negrín los sorprende, deben ponerse uniformes españoles y fingir un error.

El U 34 ha malgastado 10 torpedos contra naves militares republicanas. La espoleta magnética de los torpedos falla, dice el hidrofonista. Pero ese día están buscando caza en las aguas del mar de Alborán donde se encuentran con el C 3, que no puede huir con la velocidad suficiente. Lo hunden. El capitán Harald Grösse escribe en su bitácora la buena noticia.

El tampoco sobrevivirá a la Segunda Guerra Mundial. Grösse y sus hombres descansan en una fría tumba de metal corroido en el Mar del Norte, hundidos por una carga de profundidad aliada.

Para ver:
Minidocumental y lista de bajas del C 3.

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