jueves, 11 de octubre de 2018

Siria; un balance del estado del patrimonio cultural.

La guerra de Siria no solo ha dejado bajas humanas. Se ha cebado con anfiteatros, estatuas o mosaicos de incalculable valor. Recorremos el país cuando empieza la restauración de su patrimonio cultural.

Khaled Assad, comisario del sitio arqueológico de Palmira, de 83 años, fue decapitado por los jihadistas del Estado Islámico. Luego colgaron su cuerpo de una farola tras depositar el sangriento despojo de la cabeza a sus pies.

El Estado Islámico tomó Palmira en 2015, la perdió, y volvió a recuperarla. Y fueron definitivamente desalojados de allí. Pero mientras estuvieron acantonados les dio tiempo de destruir los templos de Bel, de Baal Shamin, del siglo II después de C, y el Arco del Triunfo, de 2.000 años de antigüedad.

Los anfiteatros fueron escenarios de degollamientos colectivos y fusilamientos, El Museo se convirtió en prisión. Los fondos museográficos se salvaro gracias al valor y al coraje de Mahmoud Abdulkarim, entonces director de Antigüedades, que organizó el traslado a Damasco de las obras que podían transportarse entre una ocupacióny la siguiente.

Las estatuas y bajorrelieves están siendo catalogadas y restauradas en el Museo Nacional de Damasco, donde las obras de arte estuvieron escondidas en su sótano. Los rusos, principales aliados del presidente Al Assad, están colaborando en la restauración del patrimonio sirio. "Lo notas cuando te acercas a Palmira. La mitad de los carteles indicadores están en cirílico", dice François Lagrot, unfotógrafo que está documentando la restauración del patrimonio de este país, tan castigado por la guerra como rico en historia.

A 150 kilómetros de Palmira se halla la ciudad histórica de Homs. El museo está vacío pero sus fondos museísticos están a salvo, en los sótanos del Museo Nacional de Siria. El traslado se llevó a cabo con la ciudad sometida a fuego de artillería yihadista.

Algunos barrios son auténticas escombreras. "Solo los minaretes de la mezquita Al Walid, entre tanto edificio derruido, flotan en el sky line de la ciudad", cuenta Lagrot.

La restauración del zoco, levantado en el siglo XIII por los ayubíes, una dinastía fundada por Saladino, ya ha comenzado. Durará cuatro años según un Programa de Restauración patrocinado por las Naciones Unidas. Los propietarios de las tiendas están comenzando a regresar poco a poco.

Tomamos con escolta militar la carretera que conduce a Alepo. Esto es necesario puesto que algunos tramos están controlados todavía por los yihadistas. En uno de los puntos se divida el Krak de los Caballeros, una fortaleza templaria del siglo XIII que solo fue tomada por los musulmanes gracias a un engaño. Durante los dos años que fue ocupada como un puesto de avanzada para la artillería, los yihadistas han saqueado la capilla cristiano, han matado a los guías y se han cargado varias rampas y escaleras. Por lo demás, la fortaleza no ha sufrido daños estructurales, aunque precisará restauración.

La zona este de Alepo es una escombrera. El zoco está devastado. La Gran Mezquita de los Omeyas tiene su patio lleno de escombros, resultado de los bombardeos de octubre de 2012, mientras que el minarete selyúcida del siglo XI ya no existe desde abril de 2013.

La ciudadela está intacta, aunque no es posible acceder a ella, porque soldados sirios de Al Assad y soldados rusos no lo permiten. No obstante se ve a familias vestidas de domingo pasear en torno a su perímetro. "Los algodones de azúcar han reaparecido pero cuando miras alrededor es el abismo", confiesa Lagrot. "Pero, ¿qué veo allí? Ese tipo parece un arquitecto y ha organizado una reunión entre los escombros. Aquí la reconstrucción también ha empezado".

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