Diciembre de 1914. El Estado Mayor alemán decide celebrar en el frente la Navidad para animar a las tropas. Pero la situación se les escapa de las manos. Los soldados de ambos bandos salen de las trincheras e imponen una tregua espontánea. Esta es la breve historia de una insumisión.
"Lo que os cuento puede parecer increíble. Apenas empezó a amanecer, los ingleses comenzaron a hacernos gestos con las manos y a salir de sus trincheras. Nuestra gente encendió velas en un abeto que colocaron sobre el patapeto e hicieron sonar las campanas. Todo el mundo comenzó a moverse a su antojo fuera de las trincheras y a nadie se la pasó por la cabeza volver a disparar".
EXTRACTO DE UNA CARTA ENVIADA A SU CASA POR EL SOLDADO RASO JOSEF ENZEL.
Diciembre de 1914. Cuando subieron en los trenes para el frente muchos soldados de ambos bandos creían que la guerra sería demasiado corta y que todo tendría un rápido desenlace que les permitiría estar en casa en Navidad. Ahora estaban encajonados en una guerra de trincheras que ni ellos ni sus mandos podian solucionar a conveniencia de todos.
Nadie sabe cómo empezó todo, pero sí se sabe que pudo estar ocasionada por las iniciativas del Alto Mando alemán para subir la moral a las tropas. El Servicio de Intendencia mandó al frente abetos, dulces navideños y velas. El teniente Kurt Zehmisch comunicaron a sus hombres: "En Navidad, si lo podemos evitar, no dispararemos a los ingleses".
La mañana del día 24 los soldados instalaron los árboles de navidad encima de los parapetos y se pusieron a cantar villancicos que fueron coreados por los ingleses y los franceses de las trincheras enemigas.
En algunos puntos del frente, especialmente en el de Flandes, los soldados alemanes, que sabían hablar inglés por haber trabajado algún tiempo como obreros en Inglaterra, salieron de las trincheras, confraternizaron con los soldados del otro bando. Se intercambiaron cigarrillos, postales picantes, e incluso se jugaron partidos de fútbol. En otros lugares, la tregua de Navidad solo duró dos horas, o se limitó a cantar villancicos por los megáfonos. Los más prácticos aprovecharon la tregua para retirar los cadáveres de la tierra de nadie y enterrarlos.
Viendo que la situación se les escapaba de las manos, el comandante en jefe del ejército alemán Erich Von Falkenheyn prohibió a sus hombres la confraternización con los "poilous" franceses y los "tommies" británicos. Horace Smith- Dorrien, comandante, del III Cuerpo Británico prohibió a sus tropas "el intercambio de tabaco y otros efectos y los armisticios oficiosos".
El 26 de diciembre a las 8:30 el capitán Stockwell cuenta en su diario que superó el parapeto, y disparó tres tiros de carabina al aire para indicar que la tregua había acabado. Un oficial alemán saltó a la tierra de nadie y saludó marcialmente para indicar que se daba por enterado.
En realidad, las tropas de la Primera Guerra Mundial intentaban ser caballerosas durante su transcurso. Había un acuerdo tácito de no disparar a los soldados que iban a las letrinas por parte de los francotiradores. Un soldado debía morir en combate o por negligencia, no atendiendo a una imperiosa necesidad. También estana prohíbido empezar los ataques mientra los soldados enemigos estaban comiendo o cenando, por lo que se colocaban tableros sobre los parapetos.
PARA VER.
FELIZ NAVIDAD (2005), una película francesa de Christian Carion sobre el modo en que los soldados franceses celebraron la Tregua de Navidad.
https://www.youtube.com/watch?v=YhBtOcxpTog
https://www.youtube.com/watch?v=YhBtOcxpTog
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