Patti, cazadora de depredadores sexuales.

Patricia caza peredastas y productores de pornografía infantil. Para ello, pasa horas y horas analizando imágenes desgarradoras, despreciables... "La maldad absoluta", describe. A sus 28 años, ella es la única mujer - y la más joven- del equipo de la Guardia Civil entregada a esta tarea. Así es su día a día.

Patti tenía 25 años, apenas uno desde que ingresara en la Guardia Civil, cuando se convirtió en cazadora de peredastas y pedófilos. Desde entonces, sus ojos han contemplado los actos más despreciables que se pueda imaginar: Niños a los que... O bebés a los que alguien les hace...

Esta granadina, hija de un Guardia Civil, es agente de la Unidad de Delitos Telemáticos (UDT). Persigue consumidores, productores y distribuidores de pornografía infantil. En su sección trabajan otros cinco expertos en informática; la mayoría,como ella, sin hijos, acostumbrados a exponer sus ojos a actos tan sucios y execrables que cuesta creer que un solo delincuente sexual tenga tanta imaginación.

Patti analiza chats, vídeos y foros, donde por ejemplo la ternura de bañar a un niño de pocos meses se convierte en algo más sucio y oscuro. Ella observa hasta el final, amplia la imagen en busca de pistas que conduzcan a la detención del delincuente sexual.

"Nunca olvidaré mi primer día- rememora.  Ya llevaba dos meses en la Unidad, había pasado por las secciones de Hacking, Fraudes y Propiedad Intelectual, hasta que me asignaron a Personas, que trata sobre todo de menores. Recuerdo que me dieron una pila de material y me dijeron: "Esto es lo que hemos hecho hasta hoy". Eran páginas y páginas de... Tapaba las fotos, no conseguía mirar. Sobre todo, las de brutalidades con bebés... !Madre mía!!Tan pequeños!

Aquellas imágenes la persiguieron como un bulldog un hueso de ternera. "Veía a mi sobrina desnuda en la bañera y me venían a la cabezaesas cosas que había visto- revela.- Mis compañeros decían: "Tranquila; es solo al principio. Con el tiempo te inmunizas. Y ha sido cierto. Mi subconsciente ha creado una esecie de escudo y ya no se queda todo rondando por la cabeza".

"A un grupo de pederastas les confiscamos más de 2.000 vídeos-rememora. Buscaban a niños en barrios pobres en España y países como Tailandia, Kenia o Marruecos. Les pagaban por desnudarse, dejarse "tocar", felaciones...; los grababan y vendían los vídeos. Me tiré meses y meses viendo los vídeos, ocho horas al día. Pero valió la pena. Sumando todos los delitos: producción, abusos a más de 20 víctimas, explotación sexual de menores... pueden ser condenados como a mil años. Aquel material, nos proporcionó otros hilos de los que torar para nuevas investigaciones.

Un hilo del que tirar puede ser un tatuaje, marcas en la piel desnuda de los agresores, una cicatriz, un lunar pero también los muebles de las habitaciones, un sonido... "Recuerdo un caso que mandamos a Venezuela - cuenta el teniente José Luís Caramé, jefe de la sección de Personas de la UDT- Se óía de fondo, desde la calle, el anuncio por megafonía de una distribuidora de comida de cierta localidad. Mandamos la grabación y ese elemento del sonido fue determinante para establecer el lugar y la fecha del abuso".

"Nosotros no recibimos denuncias de las víctimas- subraya Patti- ya que un menor que sufre abusos no es consciente de lo que le pasa. Puede incluso que aún no sepa hablar. Y muchas veces el agresor es su padre, su tío, su profesor... que utiliza su influencia sobre el niño para que este no cuente lo que pasa. Los educan en eso, crecen pensando que si se lo hace esa persona no es algo malo. !Es horrible!"

Le pido a Patricia que me cuente uno de sus casos y ella me complace. "Un hombre, por chat y videollamadas desde España, había conseguido controlar a un niño de 10 años en Colombia. Lo grabó, entre otras escenas, abusando de su hermana bebé. Con penetraciones.... A ese lo pillamos", suspira.

Uno se pregunta cómo es posible que un niño haga esas cosas, tenga esos contactos tan peligrosos por las redes sociales, y los padres no se percaten. "Quizá se tratase de una familia desestructurada o los padres estuvieran todo el tiempo trabajando fuera. No es mi trabajo saber, porque no soy trabajadora social. Mi trabajo es detener a delincuentes sexuales".

Otra de las tareas de Patti es infiltrarse en los foros de pedófilos. "Es muy difícil porque están paranoícos. A veces te piden material para ganarte su confianza pero no podemos hacer eso porque incurriríamos en un delito. Tampoco les podemos engañar para que nos pasen material, porque es incitación al delito. ¿Comprenden nuestro problema?"

"Los pedófilos dicen cosas en estos foros como que sus parafilias son perfectamente normales y que los niños disfrutan con lo que sucede. Por supuesto, sería perfectamente normal, si no fuera dañino para el desarrollo emocional de los niños/as", dice Patti.

Nota:

El Código Legal español habla de "pornografía infantil", pero los investigadores policiales y las empresas de pornografía legal discrepan de este término. Prefieren hablar de "material de explotación de menores". Las víctimas no reciben un sueldo, no hay decorados, no eligen estar allí ni interpretan nada. Los adultos agresores los mancillan y presumen de ello, mientras intentan ganar dinero. No hay más.