En octubre de 2017 se publicó la tercera parte de la trilogía de Los pilares de la tierra, ambientado en lo peor de las guerras de religión del siglo XVI. He leído varias entrevistas con Ken Follett y he decidido reconstruir la mía propia, como si yo le hubiese entrevistado para este blog.
-Bueno; empecemos hablando de Ned y Margery, los protagonistas de Una columna de fuego.
-Ned vuelve a Kingsbridge en 1558 y se encuentra que la villa está dividida entre católicos y protestantes. Su novia Margery, con la que quiere casarse, es católica, por lo tanto queda fuera de su alcance. Además esta controlada y presionada por sus padres y el obispo de Kingsbridge. En el siglo XVI, los lideres religiosos, ya fueran católicos o protestantes, decidían quiénes eran tus amigos y quiénes no.
-Salen personajes históricos como Isabel I Tudor, Felipe II y Catalina de Médicis. ¿Qué imagen das de ellos?
-Felipe II no sale bien parado. En el siglo XVI Sevilla era una ciudad pujante, la puerta del oro que llegaba a Europa. Se supone que las mercancías pagaban impuestos por desembarcar pero había comerciantes que no las desembarcaban en el puerto o que invertían en sobornos a los funcionarios de Aduanas para no declarar todo el cargo.
Felipe II quizá no fuera el rey tortuoso y atormentado de la Apología de Guillermo de Orange, pero ni industrializó España ni fomentó el comercio. Todo el dinero se iba en proyectos militares estériles y en pagar a los Tercios. No es extraño que declarase la bancarrota dos o tres veces.
Isabel I Tudor quiso diferenciarse de su hermanastra María, una católica fanática, por declarar la tolerancia en cuestiones religiosas y apostar por el comercio. La mayoría de los monarcas del siglo XVI creian que la disidencia en cuestiones religiosas derribaría sus reinos, al fomentar unas lealtades que no tenían nada que ver con las patrióticas, por lo que los católicos empezaron a conspirar contra ella y a tratar de matarla. Entonces sí que debió empezar a pensar. "Sí; voy a ser una chica mala".
-En la novela está muy presente el espionaje...
-La figura del espía me gusta mucho porque es muy dramática. Siempre está entre las sombras y cuando sale a la luz es bajo un disfraz y con el temor a ser desenmascarado.
Isabel I y Felipe II crearon la primeras redes de espías, con la ayuda Walshingham y de Bernardino de Mendoza. Ya existían cosas como la timta invisible, los textos encriptados, los disfraces o los transportes rápidos.
-Dices que intentas ser tan riguroso en tus novelas como puedes...
Mira: yo describo en Una columna de humo la matanza de Vassy de 1562. Como no estás versado en la Historia de Francia te diré que es el incidente en que el conde de Guisa, católico, se encuentra con un grupo de 700 personas protestantes rezado dentro de los límites de la población de Vassy, cuando las normas de Catalina de Médicis, una reina católica muy tolerante, indicaban que tenían que hacerlo extramuros. Guisa ordena a su escolta armada que abran fuego con sus arcabuces contra la multitud desarmada. Mueren 73 personas.
En el borrador mostraba a una fila de aracabuceros disparando, mientras la segunda recargaba de pólvora el arma, pero uno de mis asesores históricos me dijo que eso no se empezaría a hacer hasta una década después. Así que modifiqué el texto.
Dumas, autor de La reina Margot, una novela sobre la Matanza de San Bartolomé decía "He violado a la Historia, pero los hijos son bellísimos", con lo que quería decir que la literatura era el reino la emoción, y que si había que cambiarse de fecha una batalla en pro del efectismo del relato podía hacerse sin grandes cargos de conciencia. Yo no estoy de acuerdo con esto.
-Salen personajes históricos como Isabel I Tudor, Felipe II y Catalina de Médicis. ¿Qué imagen das de ellos?
-Felipe II no sale bien parado. En el siglo XVI Sevilla era una ciudad pujante, la puerta del oro que llegaba a Europa. Se supone que las mercancías pagaban impuestos por desembarcar pero había comerciantes que no las desembarcaban en el puerto o que invertían en sobornos a los funcionarios de Aduanas para no declarar todo el cargo.
Felipe II quizá no fuera el rey tortuoso y atormentado de la Apología de Guillermo de Orange, pero ni industrializó España ni fomentó el comercio. Todo el dinero se iba en proyectos militares estériles y en pagar a los Tercios. No es extraño que declarase la bancarrota dos o tres veces.
Isabel I Tudor quiso diferenciarse de su hermanastra María, una católica fanática, por declarar la tolerancia en cuestiones religiosas y apostar por el comercio. La mayoría de los monarcas del siglo XVI creian que la disidencia en cuestiones religiosas derribaría sus reinos, al fomentar unas lealtades que no tenían nada que ver con las patrióticas, por lo que los católicos empezaron a conspirar contra ella y a tratar de matarla. Entonces sí que debió empezar a pensar. "Sí; voy a ser una chica mala".
-En la novela está muy presente el espionaje...
-La figura del espía me gusta mucho porque es muy dramática. Siempre está entre las sombras y cuando sale a la luz es bajo un disfraz y con el temor a ser desenmascarado.
Isabel I y Felipe II crearon la primeras redes de espías, con la ayuda Walshingham y de Bernardino de Mendoza. Ya existían cosas como la timta invisible, los textos encriptados, los disfraces o los transportes rápidos.
-Dices que intentas ser tan riguroso en tus novelas como puedes...
Mira: yo describo en Una columna de humo la matanza de Vassy de 1562. Como no estás versado en la Historia de Francia te diré que es el incidente en que el conde de Guisa, católico, se encuentra con un grupo de 700 personas protestantes rezado dentro de los límites de la población de Vassy, cuando las normas de Catalina de Médicis, una reina católica muy tolerante, indicaban que tenían que hacerlo extramuros. Guisa ordena a su escolta armada que abran fuego con sus arcabuces contra la multitud desarmada. Mueren 73 personas.
En el borrador mostraba a una fila de aracabuceros disparando, mientras la segunda recargaba de pólvora el arma, pero uno de mis asesores históricos me dijo que eso no se empezaría a hacer hasta una década después. Así que modifiqué el texto.
Dumas, autor de La reina Margot, una novela sobre la Matanza de San Bartolomé decía "He violado a la Historia, pero los hijos son bellísimos", con lo que quería decir que la literatura era el reino la emoción, y que si había que cambiarse de fecha una batalla en pro del efectismo del relato podía hacerse sin grandes cargos de conciencia. Yo no estoy de acuerdo con esto.
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