miércoles, 16 de enero de 2019

De la Guardia Pretoriana y otros cuerpos de seguridad.

La primera noticia de los pretorianos es del año 146 a C, cuando Publio Cornelio Escipión Emiliano se dirigió al sitio de Numancia con la finalidad de rendir la ciudad por hambre y de acabar con las tribus celtíberas de la cuenca del Ebro, en especial, los titos y los belos.

Con él viajaban 500 legionarios de familias insignes que contaban con su cofianza. De noche acampaban junto a su tienda y estaban presentes como ferza disuasoria en todas las reuniones con los jefes tribales de la región. Recibieron el nombre de pretorianos porque acampaban junto a la tienda (praetorium) del pretor, o general.

A pesar de que estuvieron implicados en los asesinatos de emperadores crueles o débiles, y que al final de su carrera no era más que una banda de matones escudados en el poder imperial, capaces de venderse por dinero, se puede decir que a lo largo de sus 300 años de existencia su labor fue positiva. Cobraban el doble que un legionario, participaban en las campañas militares cada vez que el emperador se trasladaba al frente y recibían 20.000 sestercios tras un servicio de 16 años. Su estandarte de combate tenía dibujado un escorpión.

A finales del siglo VIII, la escolta de honor de Carlomagno estaba compuesta por una docena de caballeros, el mismo número de Apostoles que tuvo Jesús. A estos nobles, expertos en los sáberes bélicos, se los conocía como los Paladinos. En la Edad Media, a los caballeros que arropaban al siberano se los conocía como "fideles" o "milites palati", tenían derecho a las mejores armas, protecciones y corceles y un vestuario acorde al ceremonial de la Corte.

La organización de un cuerpo de Guardia Permanente comenzó en la Francia del siglo XV con la Creación de las Gardes du Corps formadas por soldados escoceses. Lucharon del lado francés en la Guerra de los Cien Años (1337-1453). En Castilla y Aragón, los Reyes Católicos organizaron un cuerpo fijo de hombres para proteger las personas reales. Debido al color amarillo de sus uniformes se los conoció como Guardia Amarilla.

En Bizancio eran guerreron vikingos los que componían la Guardia Varega, con la misión de proteger al basileus de Constantinopla. En Thailandia, durante el siglo XIX, eran samuráis los que protegían al rey de Siam.

Tras la campaña egipcia de 1798, Napoleón Bonaparte reclutó unescuadrón de guerreros mamelucos, contra los que había tenido el honor de luchar durante la Batalla de las Pirámides. Estos guerreros musulmanes, uniformados de forma exótica y armados con afiladas cimitarras, lucharon junto a Napoleón en suelo europeo. Por ejemplo estuvieron presentes en la represión del levantamento del 2 de mayo de 1808 en Madrid.

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