domingo, 6 de enero de 2019

Los Tercios de Flandes.

Fernando Martínez Laínez narra el primer tercio de la Guerra de Flandes de la mano de Ambrosio de Spínola, un genovés que entregó su existencia y fortuna a la causa de la Monarquía Hispánica.

Libro. La senda de los Tercios. Las lanzas.
Barcelona. Ediciones B. 2017
21 E.

(Esta entrevista ha sido adaptada)


El paso de los siglos no cambia la persistencia de la Leyenda Negra. Pero poco ha podido acabar con la imagen legendario de los Tercios. Fernando Martínez Laínez regresa con su última novela La senda de los Tercios. Las lanzas (Ediciones B) a uno de los periodos que mejor conoce, el siglo XVII español.

¿Que decidió a Antonio de Spínola a entregar su vida e incertir su fortuna en la causa de la Monarquía Hispánica?

Spínola, como muchos de sus contemporáneos españoles, tenía una visión del mundo casi medieval- caballeresca. Siendo poseedor de una inmensa fortuna, su máxima ambición fue emilar a su hermano menor, Federico ( que murió combatiendo por la causa española) y convertirse en una figura militar como Julio César. Sacrificó su fortuna a su vocación y talento como estratega. La gloria militar le llevó a la ruina económica. Sus últimas palabras en el lecho de muerte fueron un magnífico epitafio para una vida como la suya: "Honor y reputación".

¿Qué aportó Ambrosio de Spínola a los Tercios?

Recursos y dinero, sin los cuales es imposible hacer nada bueno en un campo de batalla. Tenía un gran conocimiento del arte bélico y una gran percepción de los problemas logísticos aparejados a cualquier campaña militar. Los soldados le apreciaban porque no exigía a sus tropas más de lo que se exigía a sí mismo y porque siempre procuraba pagar a tiempo a sus hombres. Los conocimientos financieros y mercantiles, heredadas de su familia genovesa, fueron un balón de oxígeno que permitió a España guerrear en Europa más tiempo de lo que lo hubiese conseguido con otros generales menos brillantes.

¿La fígura de Ambrosio de Spínola es el epítome del cénir del Imperio Español... pero también de su caída?

Así es. Cuando Spínola se hace cargo de las maniobras militares en Flandes España estaba luchando contra medio mundo. Había un frágil empate en el especto militar, y sobre todo, en el aspecto económico. Pero la contienda en Flandes era un agujero negro que se tragaba los impuestos, así que cuando fue imposible pagar a los Tercios la caída fue inevitable, cuando entró en escena Francia en la Guerra de los Treinta Años.

¿Por qué los escolares de Secundaria españoles parecen ignorarlo todo sobre Spínola?

Sucede lo mismo con muchos personajes de la historia de España. Nuestra desquiciada tendencia a la desunión y al tribalismo tiene mucho que ver en que ignoremos cosas que podrían unirnois más en nuestra memoria colectiva de nación.

Otro punto muy importante en todo esto es que Spínola no era castellano sino genovés, lo que suscitó muchas envidias en la Corte de Madrid. Esto fue minando poco a poco su prestigio y cuando llegaron los primeros reveses en el campo de batalla quedó postergado. Tampoco contaba con las simpatías del Conde- duque de Olivares, un "fantasmón" histórico sin talento político real.

¿Cuál es el pilar del éxito de los Tercios?

Eran las mejores unidades de Infantería de la época, no solo en el plano puramente bélico, sino también en el administrativo y en cuanto a moral del combatiente. Había una gran tradición guerrera desde la época de los Reyes Católicos, cuando se culmina la unión de los reinos de España y el poder hispano se abre a Europa y el Mediterráneo. Los tercios disponían de una gran cantera de buenos jefes y mejores soldados, que parecía inagotable. Pero todo se le llevó el viento de la falta de hombres y dinero.

"La suerte de cada uno es su leyenda, pero todas las leyendas se acaban"

Alonso de Montenegro, uno de los personajes de LAS LANZAS.

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