El 24 de diciembre de 1951, Paul Dingle desaparece en el puerto de Tánger. En 2015, Flora cree que ese hombre es el mismo con el que ha tenido una aventura en Madrid. Para encontrarlo, saber más de él, de ella misma, de lo que los unió, viaja a Tánger, en busca de la única pista que tiene, un libro sin final llamado Niebla en Tánger. Quizá Marina, una judía de origen sefardí, sepa algo de este asunto.
El Tánger en que se movió en 1951 Paul Dingle era una ciudad cosmopolita, que ya no existe mas que en el recuerdo de un puñado de ancianos. Hemos pedido a Cristina López Barrio que nos permita adaptar una entrevista para que nos explique por qué la eligió como escenario de su novela.
¿Cómo era Tánger en 1955 aproximadamente?
¿Has visto CASABLANCA? Pues el ambiente era muy similar. Convivían las tres religiones y diversas nacionalidades. Es el Tánger de los beatnies, los intelectuales de los años 50 que buscaban en Marruecos una libertad que ya no encontraban en la Europa de posguerra ni en los Estados Unidos. Acogía a exiliados, judíos askenazis que huían del Holocausto y a los propios nazis que huían de la horca a mano de las autoridades aliadas o soviéticas tras los juicios de Nuremberg de 1946. Convivían sin fricciones.
Escribes: "En esta ciudad se han juntado todos, víctimas y verdugos".
En el Zoco Chico, los republicanos españoles iban al Café Fuentes y los nacionales y fascistas italianos al Café Central, enfrente. Caba bando tenía su nicho existencial y no se mezclaban. Lo mismo pasaba con las religiones. Ese Tánger, por desgracia, solo existe en la nolstalgia de los que lo vivieron, que cada vez son menos.
Pero también era un lugar extremadament duro, con una pobreza tremenda. Para documentarme sobre este aspecto leí EL PAN DESNUDO, de Mohammed Chukri, Tánger contado y vivido por los marroquíes.
También menciono la novela LA VIDA PERRA DE JUANITA NARBONI, de la que existe una película. A través de la vida de esta mujer se ven todos los avatares y las transformaciones sociales que van aconteciendo en Tánger a lo largo de más de un siglo. En esta novela me encontré la leyenda de la Axia Kandisha, que pertenece al folklore judío.
¿Qué cuentas sobre los judíos sefardíes?
Cuento la historia de María Ivannova, de madre sefardí y de padre católico. Es un amor prohíbido. Era lo más normal del mundo en el Tánger de 1950 que hubiera amistad y cooperación entre personas de diferentes religiones, pero no matrimonios. A Marina la educan sus abuelos que son judíos sefardíes, propietarios de una joyería en un zoco.
Vemos a Marina preparando el ajuar para su matrimonio con un judío sefardita, un matrimonio negociado entre una casamentera tradicional y los abuelos de Marina, pero ella se decanta finalmente por el mundo del cine. También vemos más adelante su amistad con un musulmán.
Otros españoles expatriados fueron los integrantes de La Nueve, una unidad de republicanos españoles que lucharon a las órdenes de De Gaulle y de Montgomery en el norte de Francia y en Normandía. ¿Qué nos puedes contar de ellos?
Esos heróes fueron la primera unidad de aliados en entrar en París y tomar el Ayuntamiento. El personaje de La Nueve, Matías Sotelo, estuvo en la liberación de París. Espera que los gaullistas le devuelvan el favor y declaren la guerra a España pero De Gaulle no tiene la intención de hacerlo. Sotelo defiende la idea de morir por las creencias, pero Marina sostiene que ninguna idea vale la pena su cuesta vidas humanas.
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