Eva Braun y Hitler. Cuando alguien no se merece tanta lealtad...

LOS DIARIOS DE EVA BRAUN MUESTRAN A UNA MUJER ATORMENTADA POR LA PASIÓN QUE HITLER LE INSPIRABA.

Existen mas de 700 biografías sobre Hitler pero ninguna realmente profunda sobre la mujer que compartió su vida con él: Eva Braun. La periodista Ángela Lambert publicó en 2006 LA VIDA PERDIDA DE EVA BRAUN, el mayor esfuerzo hasta la fecha por equilibrar la balanza.

Lambert descubrió a través del testimonio de la única prima viva de Eva Braun,  que esta nunca fue nazi ni antisemita y que amó a Hitler hasta el final, pese a los numerosos desplantes de su pareja. En privado decía que la amaba, pero en público la trataba con desprecio o indiferencia. La Braun escribió en 1935: Muchas veces me dice que está locamente enamorado de mí. Sin embargo no me ha dedicado una sola palabra amable en tres meses".

Htler decía que "la mujer de verdad tiene que ser guapa, simpática e ingenua, una compañera tierna y tonta a la vez, sin hacer sombra a su hombre". Eva reunía esas condiciones, aunque lo de "tonta" ebemos ponerlo en cuarentena porque para sobrevivir en una ambiente como el de los jerarcas nazis, en el que todos están pendientes de todos, para poder oler la sangre en el momento preciso y sacar tajada de la misma, hay que tener los nervios de acero. Y ella fue la pareja oficial de Hitler durante 15 años. Sobrevivió más que las malogradas Gelli Raubal, sobrina de Hitler, y Unity Mitford.

Hitler conocía a Eva Braun en 1929. Había entrado en un estudio de fotografía donde ella trabajaba como dependienta. Subida en una escalera, el Führer se quedó prendado de sus piernas. Eva solo tenía 17 años. En 1936 la muchacha se muda a Berghof, la residencia del dictador en los Alpes.

Cuando la guerra obligaba a Hitler a pasar largas temporadas alejado de Berghof, ella se angustiaba. Él procuraba mitigar las depresiones por separación de Eva llamándola por teléfono con toda la regularidad que podía. Si se retrasaba uno o dos días, ella tenía que recurrir a los sedantes. 

El 30 de abril de 1945 los dos se suicidan en el bunker de la Cancillería de Berlín, con las tropas rusas a punto de tomar la ciudad. Se habían casado el día anterior. La única discusión como matrimonio la tuvieron porque Hitler había probado la dosis letal de las pastillas que matarían a su esposa con su perra Blondie, a la que los dos adoraban.

En 1943 Eva Braun se había presentado ante Albert Speer, Ministro de Armamento llorosa. "El Führer dice que me busque a otro. !Me ha dicho que él ya no es capaz de cumplir como un hombre!". En un ambiente donde las presiones para mantener matrimonios estables bendecidos con muchos hijos era fuerte, los jerarcas recurrieron al doctor Morell. Este dijo que Hitler tenía una sexualidad casi normal. Los problemas los causaba el hecho de que tuviera un único testículo. Eso explica por qué el pudor le llevó a procurar que jamás le viera nadie desnudo y a perder su virginidad tarde, sobre los 40 años.