martes, 28 de enero de 2020

El papiro de Ani.

Imperio Nuevo; hacia 1250 a de C. El funcionario Ani y su esposa Tutu, suma sacerdotisade Amón Ra, están discutiendo. Ani quiere invertir sus ganancias de medio año en una lujosa copia del Libro de los Muertos mientras que Tutu quiere ahorrar para el presente. En el documental que he estado intendo ver en el Hystory Chanel, Ani zanja la discusión con un: "La muerte es para siempre".

El Libro de la Muerte narraba las pruebas y las fórmulas mágicas que todo difunto egipcio debía superar para poder acceder al más allá, un vergel donde no se envejecía y la vida era plena.

Al principio, solo los faraones debían resucitar por lo que las fórmulas mágicas se inscribían en las paredes de las tumbas. Más adelante los escribas, los sacerdotes y los altos funcionarios se hacían inscribir las fórmulas en la tapa interior de los sarcófagos. En un periodo todavía más posterior cualquiera que pudiese pagar a los escribas de los templos podía comprar un papiro con los sortilegios y depositarlos junto al ajuar funerario.

El difunto tenía que enfrentarse a monstruos malignos y superar pruebas como una del juicio en la que 42 dioses menores le interrogaban acerca de si había cometido ciertas infracciones o no. En esta prueba están presumiblemente basados los 10 mandamientos cristianos.

En otra de las pruebas el dios Osiris pesa el corazón del difunto en una balanza frente al de la pluma ligera de un avestruz. Los malvados no superan esta prueba y su corazón es devorado por Annyt, un minstruo con cuerpo de hipopótamo, patas y pecho de león y cabeza de cocodrilo. Los pecadores no acceden a ningúna vida de ultratumba.

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