Durante el viaje a través de las líneas enemigas el aparato tuvo que hacer varios vuelos bajos, pasando por encima de tropas soviéticas en su camino a la capital que disparaban contra el fuselaje del avion desde tanques o cañones antiaéreos. Tras un duelo con un avión DCA, Von Greim recibe un disparo en la pierna por lo que es su intrépida acompañante la que tiene que ponerse a los mandos del aparato y aterrizar muy cerca de la Puerta de Brandemburgo.
Llegan a la Cancillería el 28 de abril, dos días antes del suicidio de Hitler y Eva Braun, y les comunican que las tropas risas ya están avanzando por la Postdanmerplatz. El Alto Mando sovietico empieza a planear el asalto contra la Cancillería. Hitler les recibe y les suplica encarecidamente que se pongan a salvo.
Von Grein y Reitch avanzan hasta la Jefatura de Vuelos, todavía en manos alemanas, y solicitan un avión para abandonar Berlín. El Führer no ha querido acompañarlos. Les ofrecen un avión Arado 96 que tiene que esquivar la artillería antiaérea soviética y ganar altura para estar a salvo. Hannah Reitsch recuerda que volaron en círculos mientras decidían hacia qué lugar era seguro volar y vieron el preludio de la caída del Tercer Reich. La mayor parte de la capital estaba en llamas.
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