Irlanda, siglo IX. Lo llamaremos Sven. Le sigue su esposa a la que daremos el nombre de Frida. Los dos están subiendo afanosamente la colina para esconder las joyas de la mujer. Desde lo alto de la colina se ven los drakkars de los invasores. No tardarán en desembarcar y asolar la isla a sangre y fuego, en busca de esclavos, botín y tierras donde establecerse.
En un lugar encontrado hace relativamente poco por una mujer del siglo XXI equipada con un detector de metales, han aparecido un brazalete y una pulsera de oro, además de otras joyas como un broche de capa masculino de plata. Lo más posible es que Sven y Frida fueran capturados o asesinados por los invasores. Al fin y al cabo, los granjeros de la isla de Man padecieron las luchas de poder entre los jarls de la zona como Magnus Haraldson; su hijo Guthred; Gotfred de Orkney, etc.
Si Frida fue esclavizada su vida pasaría a ser muy dura y corta, puesto que hacían las tareas más pesadas de las granjas y comían las últimas. La sociedad vikinga era esclavista, aunque no patriarcal. Sabemos que muchas mujeres libres administraban las granjas cuando sus maridos estaban de expedición guerrera. Algunas de ellas lucharon junto a sus hombres y comandaron flotas de invasión, con lo que ganaron el derecho a ser enterradas con ajuar funerario.
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