ARTURITO POMAR.
"Si hubiera nacido en la URSS habría sido un serio aspirante al título mundial", declaró el Gran Maestro Alesandr Kórov. Pomarvivía sin embargo en la España de la posguerra. En 1944, con 13 años, hizo tablas con el campeón mundial Alexander Alekhine y a los 15 ganó el campeonato nacional. Sus logros llevaron a Franco a presentarlo en el NO-DO como una muestra de la superioridad mental de los españoles, aunque luego, de adulto, Pomar tuviera de trabajar como funcionario de Correros, el único trabajo que le permitía asistir a los torneos.
JUDIT PÓLGAR.
1991. Judit tenía 15 años cuando se convirtió en la persona más joven en ganar el títilo de Gran Maestro. Esta húngara se convertiría en 1996 en la primera en alcanzar el top ten de la clasificación mundial. Aprendió a jugar gracias a la educación de su padre, que hizo girar la formación de sus hijas en torno al ajedrez, e insistió en que participaran en los torneos absolutos, no solamente en los femeninos.
BOBBY FISCHER.
El errático y polémico Fischer. Arrebató el dominio de los campeonatos mundiales de ajedrez a los soviéticos en 1972. Los rusos habían sido campeones y subcampeones desde 1948. Fue su última y épica victoria.
En 1975 pierde por no presentarse al torneo frente a Anatoly Kárpov. No vuelve a jugar hasta 1992 contra Spasski a cambio de cuatro millones de dólares. Violó las resoluciones de la ONU al aceptar jugar en Yugoslavia pese a un embargo y jamás regresó a los Estados Unidos.
GARRI KASPÁROV.
Dominó el ajedrez durante dos décadas, desde que se declaró campeón del mundo en 1985 hasta que anunció su retirada en 2005. Fue derrotado por el ordenador de IBM Deep Blue en 1996. Kaspárov ganó las tres siguientes partidas y empató otras dos, dejando el marcador en 4 a 2 a su favor. En 1997, la versión mejorada Deepèr Blue lo retó a seis partidas convirtiéndose en la primera máquina en ganar a un campeón en activo.
Durante el gobierno de Putin se convirtió en un activista por la democracia en la Federación Risa y en escritor, lo que le llevó a la cárcel. Allí se negaba a comer para evitar que los agentes del FSB lo envenenaran con algún producto tóxico, coo a otros opositores disidentes.
MAGNUS CARLSEN.
Tiene 30 años.. Es una presencia habitual en las partidas rápidas de Internet donde cuentan más los reflejos y la intuición que el análisis estratégico. Muchos jugadores del siglo XXI jamás han jugado con trebejos de tres dimensiones en un tablero sino en las pantallas de dos de los móviles y de los ordenadores. Hay canales de You Tube con comentaristas oficiales que analizan las partidas. Magnus Carlsen es el rey en este nuevo panorama, potenciado por los sucesivos confinamientos a causa del coronavirus.
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