Jan Mikolasek fue un polémico curandero de mediados del siglo XX. Interesado desde niño en las propiedades curativas de las plantas, se dice que era capaz de diagnosticar una enfermedad tras echarle un vistazo a un frasco de orina.
Era un personaje complejo. Por una parte parecía no tener problemas en tratar a todo el mundo, como católico devoto, como al secretario del Partido nazI Martin Bormann, a pesar de que Checoslovaquia ha sido ocupada por los nazis y después, terminada la guerra, al presidente Antonín Zapotocky, cuya pierna salvó mientras el futuro líder comunista estaba internado en el campo de concentración de Sahchenhausen.
Por otro lado sus modales distaban mucho de ser corteses. Despedía sin una palabra de compasión a los enfermos terminales por los que su ciencia no podía hacer nada y parecía tener algo en contra de las mujeres que acudían a su consulta demasiado maquilladas. ¿Se acuerdan de lo que decía House, el médico, en su serie?¿Qué es lo que quieres?¿Un médico que les ignore mientras se curan o uno que les coja la mano mientras mueren?Pues lo mismo se aplicaba a Mikolasek.
Otra cosa es que su protector en la era comunista, Zapotocky, murió en 1957, y las autoridades no tardaron en achacarlo a la dependencia que tenia el líder a sus tratamientos. La película es una crónica del juicio en que este personaje tuvo que demostrar que no era un charlatán, y que por lo tanto, sus tratamientos no habían sida la causa de la muerte de dos miembros destacados del Partido Comunista de Checoslovaquia. Su vida durante el periodo de entreguerras y la ocupación es mostrada mediante flashbacks.
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