Trotando sobre una nube de polvo la caravana de vacas, mulos y caballos traspasa la puerta del corral y se dispone a beber colina abajo en el estanque. Los guía un solitario vaquero vestido con unos zahones de piel de vaca y una camisa blanca, Eleonary (Nary) Arce Aguilar. Lleva a beber su rebaño ladera abajo durante tres días a la semana, tarea que le cuesta todo el día, carga agua para el rancho y las reses de su hermano Ricardo y vuelve a casa con sus reses cuado ya ha empezado a anochecer.
Durante la ascensión un ternero se separa del rebaño y empieza a tambalearse. Eleonary intenta mantenerlo de pie sujetándo el termero por los cuernos, pero es en vano. Esa vaca no parirá nuevos terneros ni aportará un solo litro de leche a la familia Aguilar Arce. "Ha comido algo tóxico que la va a matar. Yo no puedo hace nada", se lamenta Nary con un suspiro.
De vuelta en el rancho Nary abraza a su hija de cinco años Guadalupe y se dispone a terminar con su jornada de trabajo. Hay que alimentar a las reses. El cambio climático ha provocado una severa sequía que esta agostando los pastos y haciendo declinar las opciones de los vaqueros de la Sierra de San Francisco de mantener su estilo de vida.
Sube con su padre José María "Chema" Arce ladera arriba y recolecta cactus cholla que corta en pequeños trozos con la ayuda de unos guantes y un cuchillo para haverlos más masticables para las reses.
A pesar de que el cambio climático y la poca capacidad de competir con la carne envasada y los lácteos de las corporaciones de alimantación ahora que las ciudades de Baja California son zonas de liber comercio, los vaqueros del Camino Real han mantenido su estilo de vida autosuficiente y con poco contacto con las corrientes políticas principales y los avances tecnológicos desde el siglo XVIII.
Los europeos asociamos la cultura del vaquero con el sudoeste de los Estados Unidos pero fueron estos mexicanos los que dejaron una gran impronta en la cultura estadounidense en cuanto a técnicas para controlar el ganado y lengiaje técnicos. La palabra Buckaroo proviene de la española vaquero. Un rodeo ( competición en la que los participantes intentan permanecer ocho segundos como mínimo sobre un caballo bronco) viene del verbo español "rodear".
Los vaqueros de la Baja California descienden de los colonos españoles que protegían la tierra de la Sierra de San Francisco como milicianos luchando contra las tribus comanches en batallas como Cuerno Verde y protegiendo las misiones jesuítas de los ataques indios en nombre de la Corona española.
Cuando los jesuítas fueron expulsados de España en 1767 los vaqueros se quedaron en la zona llevando a los pastos su ganado y viviendo un estilo de vida que nos sería vagamente familiar a los que hemos visto películas del Oeste, salvo por la ausenciade las armas de fuego. Invetaron los zahones de piel de vaca, las cinchas para la silla de montar y las bridas cortas para guiar a los caballos.
A un día de distancia a caballo de donde Nary tiene su rancho vive Ignacio "Chema" Arce Arce, un ranchero que recuerda el pasado. De joven tenía tierras para pastar hasta donde llegaba la vista. Guió a su manada hasta el puerto de Guerrero Negro y Santa Rosalía, donde los mineros del cobre apreciaban los productos artesanales de los vaqueros como la carne, los objetos de cuero y el queso. Pero a principios de los años 70 el Gobierno declaró Baja California como una zona de libre comercio y los vaqueros no pudieron competor con los alimetnos procesados de los supermercados, lo que se unió a principios del siglo XXI con el cambio climático, que está reduciendo sus rebaños y las opciones ara mantener con vida a las pocas reses que les quedan. El impacto de la carne procesada y rica en colesterol han traido a las personas que viven en las monatañas problemas renales y diabetes, con la consecuencia esta última de amputaciones.
Linda Arce, la esposa de Eleonary, se despierta con el canto de los gallos, se asea, y empieza su jornada laboral. Prepará café para los hombres, cacao con leche para su hija, y tortillas de maíz repletas de alubias para comer. El resto del día ordeña las vacas con su hija Guadalupe y prepara queso para que su familia tenga un extra económicos. Con siete litros de leche confecciona dos libras de queso, pero ahora con el cambio climático solo puede hacer un único queso al día, en lugar de los siete que hacía bajo cocunstancias normales. Recibe por cada queso 55 pesos, unos tres dólares estadounidenses.
Linda conocio ea Nary en una boda donde bailaron juntos "mirándonos a los ojos". Fiel a la cultura de sus antepasados, Nary se hizo valer ante su suegro trabajando en varias ocasiones en su rancho, y cortejando por radio ( en la Sierra de San Francisco no hay teléfono, sino aparatos de radio) a Linda. Cruzaban formalidades porque los canales de radio son de uso público y no se sabe quien puede estar escuchando. La boda de la pareja duró dos días con un banquete con comida, bebida y música en vivo.
Guadalupe y su prima de trece años Azucena reciben clase cinco días a la semana gracias a una profesora asignada por el Gobierno de México. Los padres temen que eso las aleje del estilo de vida tradicional pero las chicas no quieren ni oír hablar de la ciudad. Azucena juega a los videojuegos en el teléfono móvil pero dice que desea estudiar biología veterinaria para poder ser más util en el rancho. Guadalupe sabe manejar el lazo y es una amazona excelente. "Pertenecemos a este lugar y en este lugar nos quedaremos", declara Azucena.
Ricardo, el hermano mayor de Nary y padre de Azucena participó en un intercambio con aqueros del Estado de Nevada. No le gustó la vida urbana. "Aquí hay trabajo para hartarse pero lo hacemos a nuestro ritmo, sin stress", declara, en sus ratos libres toca la guitarra y trabaja el cueron con su hijo Esteban. Fabrican teguas ( botas de montar con suela de caucho), zahones o polaínas de trabajo, carteras con motivos ecuestres y cinturones.
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