Publicado el 3 de agosto de 2021.
En 1999 Alemania ya llevaba una década reunificada, el Muro de Berlín era una colección de cascotes y los archivos de la STASI podían consultarse por los ciudadanos de la antigua RDA. Siegfried Witemburg no estaba seguro de lo que se encontraría cuando el archivero le entregase el dossier sobre sus actividades como fotógrafo de prensa. Porque él no era un personaje cómodo para las autoridades comunistas. Documentaba escenas de pobreza, escasez de suministros y protestas - algo que el Gobierno de la RDA no quería que se asociase con el supuesto paraíso de la clase trabajadora-.
Siegried pasó de la risa contenida por el uso de comentarios inocentes fuera de contexto como la escandalización por parte de los informadores porque recibía en la década de los 80 parte de su correspondencia en inglés. Otros comentarios le pusieron los pelos de punta. Entre los informadores había compañeros de trabajo, familiares, asociaciones culturales e incluso el marido de una amiga de su mujer "Un comentario en falso, un oído tras la puerta más inoportuna y habría acabado en un campo de trabajo dice".
Este mes de junio la visita de siete millones de alemanes del Este por los Archivos de la STASI, en el barrio berlinés de Lichtenburg se termina después de 30 años. Joachim Gauck, el último directivo se ha jubilado ese mes, y Alemania, en un esfuerzo por reconciliarse con su pasado en la Guerra Fría ha decidido dispersar los dossieres por la red de Archivos Nacionales por los estados occidentales del país.
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