1198. El Papa Inocencio III está preocupado por la gran cantidad de niños muertos que los barqueros de Roma recogen en el Tíber. Decidido a hacer algo, ordena a los conventos instalar tornos en las puertas de los recintos de clausura. Los tornos son compartimentos giratorios en los que las campesinas desesperadas por su pobreza dejaban a los bebés al cuidado de las monjas.
En 2007 el convento Matris Domini de Bergamo ha recuperado ala idea para ayudar a las madres solteras, muchas de ellas inmigrantes sin papeles, que temen una deportación si acuden con sus hijos a un hospital pediatrico. Una alarma suena cuando el convento recibe un lactante y la hermana de guardia telefonea al Hospital Riutini, que se pone en contacto con los Serviios Sociales y hace un chequeo del bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario