Presumiblemente este año volveremos a correr ( es un decir, yo jamás lo haría) delante de los toros y de los mansos y a disfrutar de las fiestas patronales de Pamplona. Solo escribo esta entrada para hacer una advertencia, por si el incidente de La Manada de hace algunos años no sirvió para escarmentar en cabeza ajena.
A las mujeres no les gusta que las toqueteen ni que las besen por la fuerza. Ya sé que algunos hombres estarán bastante bebidos o creerán que, por ser forasteros, la Policía Foral de Navarra no estará al quite. Pueden que lo intenten y que les salga bien, pero yo no arriesgaría mi pellejo por comprobarlo.
Ya sé que las camisetas ceñidas y los brebajes festivos dan alas pero las autoridades las quitan, y no quiero que ninguna chica se lleve un mal rato, que el novio de una muchacha se vea obligado a romperle la cara a nadie ( que remedio) o que nadie termine la noche en un calabozo.
En 2017 una periodista de ESPEJO PÚBLICO, un magazine de televisión no pudo hacer su trabajo porque se le echó encima un grupo de energúmenos para toquetear carne tersa. Esas escenas las quiero fuera de las fiestas de Pamplona. Correr ( si se está en la forma física adecuada) delante de los astados, sí. Magrear mujeres como un baboso, no. ¿Lo he dejado bien claro?
Como mujer que ha tenido oportunidad de vivir los San Fermines debo decir que los babosos dan más miedo que un toro suelto y con ganas de amochar. Disfrutar tranquila de una fiesta multitudinaria es algo que al sexo femenino no se nos permite por la cantidad de perturbados machistas insolentes que hay. Espero que esta entrada sirva para concienciar un poquito a la gente, y ayudarnos y apoyarnos en nuestra lucha contra la desigualdad. Gracias por escribir esto.
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